Cuando conoces a alguien a los 16 años la vida te parece realmente lejana, no piensas en nada que no sea “el amor de una tarde de verano” , besos en la mejilla y risas de media tarde.
Cuando conoces a alguien y vas a cumplir 20, la vida ya no te parece tan lejana , te haces mayor , sufres de estrés , y de ansias de amar. Porque la gran frase que dices a los 16 es : Estoy enamorada ; pero la gran frase que dices a los 20 es : mierda , le quiero , entonces ¿ tenemos una relación?
Cuando eres joven todo te parece más banal, la vida se te queda larga y al final vuelves siempre al regazo de tu madre, para que te consuele y te abrace. A los 20 es verdad que puedes volver al regazo de tu madre pero al irte a dormir, cuando estás en la cama, tocando el forro de las frías sábanas , tal vez y sólo tal vez pretendas otros abrazos y consuelos más cálidos. La vida no se te queda larga sino corta, necesitas más tiempo para estudiar , escribir , descansar e incluso amar.
Nos hacemos viejos como perros vagabundos buscando un hueco y al final tenemos las mismas pulgas , sufrimos las mismas pesadillas y los mismos insomnios.
Gracilazo de la Vega dijo “Juventud , divino tesoro , ya te vas para no volver” y es verdad; nos hacemos mayores , ancianos y aunque son solo 4 años yo ya he cambiado , mis ojos ya no ven lo mismo y mis manos se han vuelto frías , tienen miedo a tocar algo que puede desvanecerse , es ahí cuando tienes miedo a perder a la gente o ha hacerles daño cuando verdaderamente te das cuenta de que has cambiado , has envejecido y ya no corres descalzo ni buscas las vueltas en otros.
Puede que nos hayamos hecho mayores, y al hacernos mayores, queremos amar, ser amados y tener una gran gratitud. Nos importa poco lo que digan o hagan porque nos hemos hecho centenarios y no nos conformamos con lo que otros quieran o piensen y en el fondo no sé si eso es amor por uno mismo o egoísmo fruto de nuestra abnegación.
“Algunos quieren saber el eterno secreto de la vida, del amor, y de la juventud misma , algunos dicen que la vejez o el sentirse viejo no mejora el corazón: lo endurece. Tal vez haya que mirarlo todo con positivismo, si , nos hacemos mayores , viejos decrépitos pero tal vez sea una vejez fresca , imberbe incluso , que llega con ganas de alcanzar por fin nuestras metas ; porque quizás , yo hoy , si tengo un sueño …”