Cuando eres mentora de alguna jovencita recuerdas con orgullo tus quince años, tus dieciséis, tus diecisiete y te plantas ahí , porque parece que al cumplir los 18 te vuelves : mayor , una palabra que no gusta a todo el mundo. Así que ayudas y aconsejas a la prole más joven ...pero de repente te das cuenta de que la juventud ha vivido más y mejor que tú. Conoce más prácticas sexuales, ha hecho el “el amor” mucho antes que tú, aunque desconozco si ellos saben verdaderamente sobre este concepto y en definitiva acabas afirmando que los mayores son ellos y tú solo una carroza. Fue entonces cuando no pude evitar pensar: ¿ qué les está pasando a nuestros niños? Ahora tienen móviles antes, practican “la galleta”(práctica sexual no apta para alérgicos a la lactosa), toman sustancias sin pensar en lo que puede conllevarles y juegan a esconder preservativos en el rincón de las barbies.(En el fondo no han perdido su esencia de quinceañeras). Pero aún así , ¿que tiene ver el sexo con una relación ?, ¿es culpa nuestra? , ¿hemos dado demasiada vía libre a los polluelos?
Supongo que al fin y al cabo en el amor, quieres y deberías sentirte seguro , al igual que el sexo pero como siempre pasa , no vives bajo directrices , sino , bajo experiencias locas y por desgracia corres el riesgo de que alguien se te adelante en la carrera del saber más.
“Aunque yo sé tampoco del amor , sobre el sexo y sobre hombres para volver a escribir sobre ellos con frecuencia…al menos por ahora”
A.