Cuando las cosas no nos gustan o se ponen feas, los españolitos tendemos a mirar hacia otro lado, empieza a interesarnos más el debate de la Champions o el nuevo libro de Belén Esteban. Por desgracia , este país , este gran país tan rico en matices y personas se ha vuelto apático y enfermo de hipocresía , así que cuando escuchaba como Adolfo Suárez recaía pensaba “ necios “ es solo una recaída , un achaque a su edad .Era yo la necia , este hombre , este genio fue un dios , un ser extraordinario , de esas estrellitas que giran sobre una órbita especial. Así fue como al llegar la hora de almorzar, y encender el televisor tuve uno de esos giros deformes del destino “Suárez ha muerto” , y fue así , el gran hombre , el político , padre de muchos españoles de mis padres , de mis abuelos y de mis tíos , ese semi-dios ya no estaba , se había ido.
No me gusta hablar de obituarios, así que cambie el canal pero pude ver que todos se hacían eco de la noticia, del mensaje de Suárez, y es que tal Suárez, nuestro Suárez, no fue político sino más bien un Mesías, un Mesías al que todos le debemos un respeto absoluto.
Iba a comer sola, sin el ruido de aquella máquina pero al cambiar el canal sonó el mensaje de Adolfo : “puedo prometer y prometo” , que grandes palabras , que gran hombre , que gran gobernante.
Ahora que Adolfo no está, yo quiero dedicarle unas palabras a todos los españolitos:
“Ahora vivimos más rápido, y no nos preocupamos hasta que las cosas se ponen mal de verdad , pero los españoles merecen unas palabras de consuelo. Al escucharlo sentía que ese hombre decía una verdad tan pura, tan perfecta y que daba igual que fueras de izquierdas, de derechas o de colorines; tú le creías y así fue , casi se me inundan los ojos de algo que los mortales llaman “lágrimas”.
Por suerte siempre tendremos el sol, el buen tiempo, las cervezas del domingo, las risas y a estos genios, que tal vez, llegan a nuestro país , a nuestras vidas para hacernos pensar , y para hacernos sentir algo que hacía mucho tiempo que nadie tenía: Dignidad.
Dignidad para preguntarnos ¿este era el camino que Suárez hubiera querido? Yo me dirijo a vosotros, españoles, decidme, ¿Dónde está esa España por la que mis padres, abuelos y todos los ciudadanos lucharon?
Yo no dejo de preguntarme… ¿Por qué siempre nos dejan los mejores?