SEÑORES, ¿LES GUSTA LA HISTORIA? Entonces déjenme que les cuente un cuento fascinante al final del cual les prometo que comprenderán todo lo que jamás leerán ni podrán entender en los libros de historia.
¿Sabían ustedes que el terrorista estado de Israel fue fundado ilegalmente por el Barón Edmond de Rothschild y sucesores y que más del 80% de Israel es propiedad privada de la familia Rothschild que necesitaba esta base militar sionista ubicada en la zona más estratégica en el Medio Oriente donde se haya el Canal de Suez?
La palabra “sionismo” proviene de Zión, uno de los nombres bíblicos de Jerusalén, la Ciudad de David y por extensión la llamada Tierra de Israel. La confusión ante lo que en realidad es el sionismo crece ante la infinidad de “corrientes sionistas”, creadas precisamente para confundir y enmarañar (Confunde, divide y vencerás), así como ante las muchas e inmensas tonterías que se leen por ahí en la web, como que el sionismo es un complot para destruir a la Iglesia y al cristianismo, y todo para decir que ambas cosas, sionismo e Iglesia, son incompatibles y contrarias entre sí.
La corriente oficial y más difundida sobre el sionismo es la que lo autodefine como un movimiento de liberación nacional (Concepto de bandera falsa), cuyo objetivo fundacional es supuestamente la libre autodeterminación del pueblo judío y la unión de todos los judíos de la diáspora (dispersión) en un Hogar Nacional Judío. Este movimiento político, aparentemente creado a fines del siglo XIX, supuestamente para que los judíos tuvieran una patria en la tierra de Israel (Palestina) determinó la creación del moderno Estado judío.
Sobra decir que el sionismo va mucho más allá de establecer una patria y un hogar nacional para los judíos. Sin embargo, esta autodefinición política del sionismo es la que, especialmente después del holocausto, ha prevalecido y formado nuestra opinión sobre los judíos y todo lo tocante a la cuestión judía, haciéndonos creer que el sionismo es un simple movimiento nacionalista y colonialista que desde finales del siglo XIX se propuso la creación del estado de Israel, promoviendo desde entonces la emigración de judíos a la “Tierra Prometida”.
Desde su diáspora (dispersión), los judíos, controlados por sus líderes sionistas, han buscado el regreso a lo que consideran su “destino histórico” en Palestina, como herederos de esa “Tierra Prometida”. Algunos “Mesías” de los siglos XVI y XVII promovían ese regreso, aunque a finales del s XVII, un movimiento que se desarrolló en la comunidad judía europea, inspirado en la ilustración francesa, denominado Haskalá o Iluminismo judío, promovía la secularización e integración de los judíos a la cultura de occidente, pero la reacción /Antítesis) a la Hazkalá (Tesis) del resto de la judería de Estados Unidos y Europa no se hizo esperar y dio forma al movimiento Asquenazí (Síntesis), para radicalizar el judaísmo. Asquenazí es un nombre medieval hebreo que literalmente significa “judío alemán”. “Judío asquenazí” es un término que se usa para referirse a los judíos de origen europeo, descendientes de los judíos medievales asentados principalmente en Alemania, Polonia, Ucrania y Rusia, los cuales incluso llegaron a crear una lengua propia, el yídish, que se desarrolló en la Europa Central a partir del siglo X.
De esta rama judía asquenazí provienen los Rothschild. En realidad, los asquenazis no descienden de los israelís sino de un pueblo turco nómada conocido como los jázaros, que se convirtió al judaísmo en el s. IX d.C. Así que los Rothschild, los sionistas o los que se autoproclaman representantes de los judíos, no son judíos, proceden de una línea genética draco-reptiliana más directa que los judíos.
Aunque lo mismo podemos decir del resto de los judíos en la actualidad, que no proceden de los israelís, ya que casi todo ellos provienen de la línea Asquenazí, que no vienen de los antiguo hebreos del éxodo y de la diáspora sino de los jázaros, y en mi entendimiento los asquenazí o jázaros han venido a suplantar al pueblo hebreo de la diáspora, los cuales en realidad han terminado por desaparecer en muchas formas de integración, de mestizaje y de exterminio, como el de la Inquisición; y también creo que fueron los pocos judíos hebreos originales sobrevivientes los que murieron en el holocausto mientras los asquenazí sobrevivieron, y creo también que hay una conspiración de los asquenazí contra los judíos hebreos originales, entre los cuales hay grupos que, sin entender estos líos históricos de ambas líneas o ramas judías, asquenazí y hebreos, se han declarado antisionistas.
Para apoyar mi teoría, hagamos un poco de historia. Antes del holocausto, los judíos asquenazí representaban más del 90% del total de los judíos del mundo; se cree que actualmente alcanzan el 80%. La mayoría de los judíos que emigraron a América en los siglos XIX y XX, son asquenazí, especialmente los asentados en Estados Unidos y Argentina. Este último país es el enclave estratégico del sionismo en América, el mayor después de EE.UU (en los últimos días los sionistas han terminado por apoderarse “oficialmente” de la Patagonia argentina y chilena para extender su imperio sionista territorial). No es extraño que el último papa (Bergoglio) haya salido de Argentina, un lacayo diabólico del sionismo, mucho más peligroso que Benedicto (el papa que supuestamente “abdicó”), por su disfraz de oveja bonachona que está arrastrando a los TV-avestruces al matadero bajo las órdenes del Gran Inquisidor Benedicto.
Argentina también ha sido un refugio ideal e idílico para los nazis, y esto debería servirnos para empezar a entender los estrechos vínculos y vericuetos entre el nazismo y el sionismo (Todo está relacionado-diseñado). Asquenazí también alude al partido nacionalsocialista alemán, el cual deriva de asque-nazi.
En otras palabras, un judío asquenazí es un judío sionista, que se caracteriza principalmente por la militancia política, los deportes y el ateísmo. El sionismo, al igual que la masonería, es no sólo ateo sino satanista, y esta afirmación la hago en contra de los “masones”, que dicen exactamente lo contrario. Asquenazis sionistas son la abrumadora mayoría de los judíos del mundo y especialmente los que viven en el estado de Israel, son la élite del país; asquenazí sionistas fueron Karl Marx, Adolph Hitler, Albert Einstein, Sigmund Freud, todos ellos fueron financiados y protegidos de Rothschild. El judío asquenazí A. Einstein encabezó el comité judío de científicos psicópatas cuyas investigaciones condujeron a la creación de la bomba atómica.
El regreso de los judíos a la “Tierra Prometida” es un interés que renació a principios del siglo XIX, y se intensificó a finales del XIX y a principios del XX, sobre todo entre los judíos rusos y de Europa del Este, que sufrían detenciones y persecuciones en los pogromos zaristas. Esta situación de encendido Antisemitismo condujo a crear la organización Hovevei Zion (adoradores de Zion), nacida en Rusia hacia 1881, que proponía el asentamiento de granjeros y artesanos judíos en Palestina. Jóvenes judíos rusos emigraron en grandes cantidades a Palestina, donde en 1914 vivían cerca de 90 mil judíos, 13 mil de ellos en 43 asentamientos corporativos agrícolas (Kibutz), patrocinados logística y económicamente nada menos que por el judío francés Barón Edmond de Rothschild.
Desde 1878 empezaron a establecerse legal e ilegalmente los primeros asentamientos judíos en Palestina, bajo el pujante impulso del movimiento sionista, financiado por el Barón de Rothschild y sus descendientes.
Al estallar la 1° GM, Inglaterra comprometió sus esfuerzos para lograr la independencia de los territorios árabes bajo el Imperio Otomano, incluida Palestina, a cambio del apoyo palestino a los aliados contra Turquía, aliada de Alemania, lo que significaba el compromiso de Inglaterra de apoyar la creación de un estado palestino independiente. Pero los judíos rusos que lideraban el sionismo en Inglaterra obligaron al Imperio británico a que cambiara esta promesa de independencia por la creación de un Hogar Nacional Judío en Palestina, proyecto conocido como la Declaración de Balfour. Así a los palestinos les salió el tiro por la culata. Esta ostentosamente llamada Declaración de Balfour no fue redactada por los miembros del parlamento de Westminster, en realidad era solo una carta del Ministro de Relaciones Exteriores británico, el judío lord Balfour, un miembro del círculo interior de la sociedad secreta de la Mesa Redonda, carta enviada en 1917 a otro judío, Lord Lionel Walter Rothschild, cuyo dinero financiaba la Mesa Redonda. Desde luego, ambos presidían el Comité de los 300. En dicha carta, Balfour manifestaba la complacencia del gobierno británico de ayudar a los judíos en la creación de la nación judía en Palestina.
En 1918 el Imperio Otomano fue derrocado por los aliados (Francia, Inglaterra, Rusia y Estados Unidos), evento con el cual termina la 1° GM, pues el objetivo principal de esta guerra era precisamente la desocupación del gobierno otomano de los territorios árabes, principalmente de Palestina, quedando ésta bajo el mandato de Inglaterra y dejando así el camino libre para la avanzada del diabólico sionismo y para la ocupación judía de Palestina. Así aumentó la emigración judía a Palestina por salvaguarda de Inglaterra, venciendo la fuerte resistencia otomana turca, en poder de Jerusalén desde 1516.
Ésta es la verdadera causa y finalidad para la que fue “diseñada” la 1° GM, causa y finalidad que desde luego no aparecen en nuestros libros de historia.
En 1919 Palestina rechazó la Declaración de Balfour y exigió la independencia nacional, pero la sionista Inglaterra decidió violar su promesa anterior a la guerra de apoyar a un estado palestino independiente a cambio del apoyo árabe en el conflicto contra los turcos (Imperio Otomano).
En 1922 el Consejo de Liga de Naciones basada en la Declaración Balfour promulgó un Mandato que debía ser ejecutado por Inglaterra:
“El Mandatario garantizará el establecimiento del Hogar Nacional Judío, tal como se establece en el preámbulo, además del desarrollo de instituciones autónomas, y también la salvaguarda de todos los derechos civiles y religiosos de todos los habitantes de Palestina, independientemente de su raza y religión.”
La palabra “hogar” era un cínico eufemismo, ya que lo que estaban creando era un “Estado” judío en un territorio usurpado. En cuanto al compromiso de su Mandato (de Inglaterra) de “salvaguardar todos los derechos civiles y religiosos de todos los habitantes de Palestina, independientemente de su raza y religión” los ingleses también se lo tomaron por viento. Obviamente el Mandato de la Liga de Naciones no se respetó ni lo más mínimo, por cuanto era puro teatro descarado, una licencia internacional de despojo territorial a Palestina y limpieza étnica que está culminando con el más grande y aparatoso genocidio étnico de todos los tiempos. Bajo el Mandato de Inglaterra, los árabes fueron despojados de sus tierras por los judíos, desarraigados de sus hogares mediante tácticas terroristas brutales. El asentamiento de los judíos en Palestina y la creación de su Estado Sionista fueron conseguidos mediante el más bestial genocidio continuado.
Previamente a la Declaración de Balfour y del Mandato de la Sociedad de Naciones, los dirigentes sionistas rechazaron establecer a los judíos en Uganda, donde el Imperio Británico les había ofrecido 6000 millas cuadradas deshabitadas, como una alternativa temporal, e incluso en Argentina, donde se habían creado numerosas colonias para inmigrantes judíos europeos, pero los sionistas estaban determinados a apropiarse a toda costa del territorio palestino, para posteriormente ir anexionándose los demás territorios árabes, planes que secretamente los sionistas han ido consumando, como sucedió con la ocupación de Gaza y Cisjordania en Palestina y los altos de Golán en Siria (1967), o con la invasión israelí del Líbano para expulsar a los palestinos de ese país (1975-1981). El terrorista estado de Israel, fundado ilegalmente por Rothschild (el 80% de Israel es de su propiedad privada, un cálculo conservador) es ante todo una base militar sionista, la cual sólo podía estar en esa zona estratégica donde se haya el Canal de Suez en el Medio Oriente.
Numerosas revueltas árabes, especialmente en 1929 y 1936-39, creadas para resistir a los sionistas y a la política británica que los apoyaba, provocaron que Inglaterra dejara de apoyar abiertamente a los sionistas, incluso limitara su apoyo, lo que ocasionó una escalada de atentados terroristas sionistas contra los árabes y los ingleses.
Teodoro Herzl, autor de los Protocolos de los sabios de Sion, advirtió cuarenta años antes que era necesario “aumentar el sufrimiento de los judíos en Estados Unidos y Europa”, lo cual se lograría entre otras cosas cerrándoles las fronteras, a fin de hacerles la vida difícil en todas partes y empujarlos así, por la fuerza, a emigrar a Palestina.
Los judíos repartidos por el mundo no hubieran emigrado a Palestina si los sionistas no los hubieran forzado a hacerlo con sus tácticas mañosas. Ellos hubieran preferido mantenerse dispersos y, más que integrados, “infiltrados” en los diferentes países y sociedades del mundo, pero los sionistas los han obligado a congregarse en el territorio usurpado, y han sido congregados bajo un engaño brutal, el engaño de que su nueva patria de Israel es el resultado de la promesa cumplida de Jehová, cuando simplemente han sido forzados a poblar un territorio robado a los palestinos y a formar un país que no es más que una empresa privada de Rothschild, y una base militar estratégica que este luciferiano está utilizando para cumplir su objetivo personal de conquista del mundo, utilizando a los judíos como escudo, bandera y carnada.
Los judíos seguían llegando a Palestina en grandes cantidades antes y durante la 2° GM pero los Rothschild sabían que la causa judía no recibiría suficiente apoyo internacional para crear un Estado judío en Palestina en contra del movimiento de resistencia árabe. En paralelo, la avanzada del nazismo y el acoso que sufrían los judíos en varias partes del mundo provocó (tal como previeron los líderes sionistas como Pike, Herzl y Rothschild) que muchos judíos se unieran al sionismo y que muchos otros buscaran refugio en Palestina. Sin embargo, como la ola migratoria continuaba en medio de la creciente tensión árabe-sionista, los sionistas detuvieron su flujo a través de uno de sus agentes judíos en Alemania, Adolph Hitler, a quien ordenaron retener a todos los judíos asentados en Alemania, Polonia y demás territorios ocupados. Viendo en apuros sus planes de la conquista de Palestina y del mundo, los dirigentes sionistas idearon una maquinación: el supuesto encarcelamiento y aniquilamiento de varios (¿cientos? ¿miles?) de judíos en campos de trabajo en Europa a través de Hitler, uno de sus agentes sionistas ultrasecretos. Necesitaban crear la arrebatadora historia del victimismo judío holocausteados como culminación de su diáspora milenaria, de otra manera la l y ll guerras mundiales no tendrían ningún sentido. (Si esto no revela el carácter satánico del sionismo me preguntó qué lo hará.)
Ellos instruyeron a su agente sionista, el dictador de Alemania, para que dejara una “huella imborrable” del sufrimiento judío, previsto por Herzl medio siglo antes, para conquistar los corazones a través del victimismo y poder así expandir libremente sus planes sionistas de dominación de Palestina y del mundo entero, supuestamente para que las “víctimas de Hitler” pudieran “reconstruir su vida”, y utilizando el pretexto de su derecho moral y, sobre todo, “divino” como hijos predilectos-escogidos de Dios, y por tanto el derecho incuestionable de tener una patria y un Hogar Nacional Judío en Palestina.
Dejo a los lectores el dilema moral de decidir si creer o no en la matanza de millones de judíos en estos campos de “concentración”, ya que la sola duda sobre este hecho histórico está penalizada por las leyes del mundo.
El caso es que cuando la tensión árabe-sionista fue en aumento, el Mandato Británico de Palestina que apoyaba la creación de una Patria Judía fue transferido a la ONU, con lo que la protección de los judíos dejó de ser un asunto limitado al Reino Unido y se convirtió en la protección internacional del concierto de naciones. La ONU propuso, en noviembre de 1947, la partición territorial de Palestina en dos estados, uno árabe y el otro judío, quedando la ciudad de Jerusalén internacionalizada y administrada por las Naciones Unidas. Un año después (1948) los sionistas declaraban la creación del Estado de Israel.
“POR CONSIGUIENTE NOSOTROS, MIEMBROS DEL CONSEJO DEL PUEBLO, REPRESENTANTES DE LA COMUNIDAD JUDIA DE ERETZ ISRAEL Y DEL MOVIMIENTO SIONISTA, ESTAMOS REUNIDOS AQUI EN EL DIA DE LA TERMINACION DEL MANDATO BRITANICO SOBRE ERETZ ISRAEL Y, EN VIRTUD DE NUESTRO DERECHO NATURAL E HISTORICO Y BASADOS EN LA RESOLUCION DE LA ASAMBLEA GENERAL DE LAS NACIONES UNIDAS, PROCLAMAMOS EL ESTABLECIMIENTO DE UN ESTADO JUDIO EN ERETZ ISRAEL, QUE SERÁ CONOCIDO COMO EL ESTADO DE ISRAEL.”
Las organizaciones sionistas de todo el mundo se dedicaron a financiar a los israelíes y pusieron dinero en los bolsillos judíos de todo el mundo para que emigraran y se asentaran en Palestina a fin de convertirla en el Estado de Israel por decreto sionista.
En resumen, las dos primeras guerras mundiales fueron maquinadas por el sionismo con el objetivo fundacional de crear el estado de Israel. La Tercera Guerra Mundial en la cual está siendo aniquilado en estos momentos el 90% de la humanidad ha sido instrumentada para crear el estado sionista mundial o Nuevo Orden Mundial luciferiano. Los milenarios planes para alcanzar este objetivo se han ido cumpliendo paso a paso con terrorífica exactitud.
El éxito de la gran conspiración sionista en la progresiva consumación de sus planes y la insólita escalada del sionismo en los últimos 60-70 años, después del holocausto, sólo se explica por el admirable hecho de que los judíos-sionistas, no son un pueblo, sino una hermandad secreta sellada con pacto de sangre, el de la consanguineidad, así como el pacto de sangre que hicieron con su dios Jehová: “Envió Moisés jóvenes de los hijos de Israel, quienes ofrecieron holocaustos y becerros como sacrificios de paz a Dios. Y Moisés tomó la mitad de la sangre y la puso en tazones, y esparció la otra mitad de la sangre sobre el altar… Entonces tomó la sangre y roció sobre el pueblo diciendo: He aquí la sangre del pacto que Dios ha hecho con vosotros" (Números 19, 2-10) Esto es luciferismo puro, ritual satánico puro. El sionismo es un pacto de sangre con Lucifer.
Este recuento relámpago nos permite ver que, evidentemente, el Antisemitismo ha sido históricamente muy útil al sionismo, fundamental en sus planes de la Conquista Mundial, y es claro desde que niveles oscuros y diabólicos este plan milenario se ha ido preparando y ejecutando, más allá de la política y de las rivalidades psicológicas y culturales étnicas e internacionales, especialmente al reforzar la consanguineidad y la genética a través de la Ley del Vientre. Al extender el rechazo y las presiones externas a la comunidad judía se logra que los judíos (en realidad jázaros) se limiten a casarse entre sí y se tornen más aislados como grupo, mientras la discriminación a los no judíos ha proscrito los matrimonios mixtos. Todo esto ha estrechado sus lazos consanguíneos o “pacto de sangre”, preservando la genética y reforzando la “solidaridad”, es decir, la idea del suprema cismo judío, de la cual todo judío de cualquier condición ha tenido siempre al menos una vaga idea, y es así como su obsesiva misión milenaria de establecer la Tiranía Mundial sionista puede, finalmente, llegar a consumarse.
Como vemos, más allá de la creación de una “patria judía”, el sionismo o mafia jácara trabaja en el diseño oculto de la creación de un Nuevo Orden Mundial. Capacidad de organización tan consumada, conspiración tan intensa, trabajada tan sutil y secretamente durante miles de años, ¿no va a triunfar frente a la ceguera, incredulidad, indiferencia y desorganización desprevenida y absoluta de toda la humanidad bienpensante?
El Sionismo no es “incompatible” con ninguna otra fuerza rectora-destructora, absorbe todas estas fuerzas porque es el creador invisible de todas ellas (Todo está relacionado-diseñado). Así, el sionismo, el nazismo y el holocausto, son de hecho perfectamente compatibles, porque tienen el mismo autor intelectual: Lucifer.
Salvo que el sionismo es peor que el nazismo, porque el nazismo es visible y el sionismo es invisible, secreto, subterráneo, un reino de tinieblas. El nazismo fue apenas un jueguito preparatorio para prepararle el terreno al satánico sionismo y, más allá de eso y de toda dictadura imaginable, al luciferianismo puro, etapa final y culminante a la que se dirige este proceso histórico viviente.
Fuente: Leonardo Desiderata (El Sacrificio de los Corderos)
