Los padres muchas veces sienten una mayor afinidad por uno u otro hijo, dicen los expertos, sin que eso signifique favoritismo. Sin embargo, en un artículo publicado recientemente por la Revista Time, Jeffrey Kluger, autor del libro "El efecto de los hermanos" aseguró que “El 95% de los padres tiene un hijo preferido y el 5% restante, miente”.
Muchos dicen que es natural que los hijos nos despierten diferentes emociones y que haya relaciones más fluidas con uno y otro por temas de personalidades similares a la de los padres.
En este sentido, un grupo de investigadores de la Universidad de California se dedicó a interactuar con unas 400 familias tres veces al año durante tres años y llegó a la conclusión de que entre el 65 y el 70% de los padres muestran favoritismo por un hijo, y este hijo generalmente es el mayor.
Afecta a toda la familia
“El favoritismo afecta la relación entre todos los miembros de la familia, inclusive entre hermanos. En algunas familias esto hace más fuerte el vínculo y, en otras, lo pone en peligro, fomentando la rivalidad entre hermanos”, afirma Libby.
Por mucho o poco que los hermanos peleen, usualmente no existe una razón específica para explicar la rivalidad entre hermanos aunque la mayoría de las veces los hermanos pelean por el lugar que ocupan en la familia, por la atención de los padres y por el cariño en general, según expertos de la organización parenting.org.
Un estudio científico de la Universidad Cornell analizó la relación entre madres e hijos adultos en 275 casos para estudiar la relación entre la preferencia materna y las señales de depresión.
Entre las madres entrevistadas, dos tercios mostraron tener un hijo favorito. Por su parte, el hijo "favorito" demostró tener sentimientos de culpa y la obligación de ocuparse de sus padres en el futuro más que los otros.
Puede tener consecuencias negativas
El favoritismo hacia un hijo no es algo intencional y si bien es algo que mortifica muchas veces y pesa a la mayoría de los padres que lo sienten, porque asumen que tiene consecuencias negativas. Y esto es así.
Un estudio canadiense publicado recientemente por el journal Child Development asegura que el favoritismo daña no sólo al hijo preferido sino también a los demás.