“Querida abuela:
Sé que no ha sido fácil, sobre todo para ti, que siempre viviste día a día cada aventura con mi abuelo. Sé del amor que se tenían y de cómo inspiraban a los demás. Debo decirte que siempre he aspirado a tener un amor como el que tu tuviste, y sigues teniendo, con mi abuelo, pues, a pesar de todo, siempre volvían a estar juntos y a seguir compartiendo como siempre.
Sé que lo extrañas, pero también sé que esa fortaleza que has tenido hasta ahora es admirable. Que cada día que pasa siempre mantienes esa sonrisa encantadora que motiva a los demás. Que siempre tienes esa palabra de aliento. Que siempre estás preocupada por todos. Que siempre nos haces reír. Que siempre das lo mejor de ti misma, aunque quizá sientas que parte de ti se ha ido.
Eres simplemente la mujer más fuerte que he conocido y adoro ver que sigues adelante a pesar de todo, a pesar de que a veces te ataque la nostalgia y sientas que las cosas se vuelven difíciles. Pero no, tú no dejas que así sea. Tú no te rindes. No te agobias. Sigues ahí, fuerte y radiante como siempre, pero sé que necesitas desahogarte y sentirte vulnerable.
Perder a quien más amabas, a quien te acompañó casi toda una vida, es difícil. Es como si el mundo ya no fuera igual que antes. Como si el sol no iluminara como antaño. Como si tu vida se detuviera y sólo te quedaras estancado en el pasado. Es duro. Es doloroso. Pero tú sigues ahí, tan increíble como siempre, y eso es lo que más admiro de ti.
Eres un ejemplo y la mejor mujer que jamás he conocido.
Gracias por inspirarme así a diario”.
Fuente: www.upsocl.com