La habilidad más importante de supervivencia en el futuro, no es la que imaginas

 
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El historiador Yuval Noah Harari (autor de Sapiens, y ahora de 21 Lessons for the 21st Century [21 lecciones para el siglo XXI]) explica por qué la mejor preparación no tiene nada que ver con aprender a codificar o construir un búnker.

La habilidad más importante de supervivencia en el futuro, no es la que imaginas

Puede que Yuval Noah Harari te conozca mejor de lo que te conoces a ti mismo. Después de todo, ha hecho carrera estudiando a los seres humanos. Primero hizo una crónica de la historia de la humanidad en su libro Sapiens; luego siguió con sus reflexiones sobre el futuro de la humanidad en Homo Deus y, en su último libro, 21 Lessons for the 21st Century, estudia lo que sucede en este momento e intenta averiguar lo que eso significa para lo que falta del siglo. Las perspectivas son.... desalentadoras.

Básicamente, la innovación tecnológica y la inteligencia artificial se van a acelerar a un ritmo que aún no hemos comprendido. (Hace 15 años, Facebook ni siquiera existía. Ahora es tan eficaz con sus microobjetivos que influyó en unas elecciones. Imagina de lo que será capaz de hacer en otros 15 años.) Esto significa que la automatización seguramente afectará tu trabajo actual (y el siguiente, y el siguiente), y que serás el blanco de algoritmos que atraen la atención y modifican el comportamiento de una manera tan exponencialmente efectiva que ni siquiera te darás cuenta de que eres uno de sus objetivos.

¿La mejor manera de defenderse? Una flexibilidad emocional que permita una reinvención constante, y conocerte lo suficientemente bien para no quedarte atrapado en las trampas que nos pone internet.

También nos parecía un poco disparatado. Pero luego hablamos con Harari.

Tú escribes que una de las únicas cosas de las que podemos estar seguros al seguir avanzando es cierto nivel de incertidumbre. Entonces, ¿cuál es la mejor ruta de acción?

A menos que tengas cerca de 80 años, tendrás que reinventarte continuamente en las próximas décadas; probablemente cambiarás de trabajo varias veces. Algunas personas piensan que será una gran revolución, que —no sé— en 2025, el 60% de los puestos de trabajo estarán ocupados. Y luego habrá un par de años difíciles en los que la gente tendrá que volver a formarse y aparecerán nuevos empleos, y algunas personas no encontrarán trabajo y habrá un gran problema de desempleo. Pero al final las cosas llegarán a un nuevo equilibrio, y entraremos en un nuevo tipo de economía.

El problema con este escenario es que da por sentado que la inteligencia artificial alcanzará su capacidad máxima en 2025, lo que está muy lejos de la realidad. Ni siquiera nos hemos acercado a la capacidad total de la inteligencia artificial. Se seguirá acelerando. Así que sí, habrá enormes cambios para 2025, pero luego habrá cambios aún mayores en 2035, y otros aún mayores en 2045, y la gente deberá reajustarse repetidamente a esto.

¿Qué medidas has tomado para protegerte de ello?

Como individuos, lo que podemos hacer es muy limitado. Si eres muy rico y exitoso, entonces por supuesto que tienes todos los recursos en el mundo para protegerte contra este tipo de alteraciones. Pero si eres una persona común y corriente, necesitarás mucha ayuda. Creo que lo más importante es invertir en inteligencia emocional y equilibrio mental, porque los retos más duros serán psicológicos. Incluso si hay un nuevo trabajo, e incluso si recibes apoyo gubernamental para volver a capacitarte, necesitas mucha flexibilidad mental para manejar estas transiciones.

Los adolescentes y los veinteañeros son muy buenos con los cambios. Pero a partir de cierta edad, a los 40 o 50, el cambio es estresante. Y un arma que tú tendrás es la flexibilidad psicológica para pasar por esta transición a los 30, 40, 50 o 60 años. La inversión más importante que la gente puede hacer no es aprender una habilidad en particular: “Aprenderé a programar computadoras” o “Aprenderé chino”, o algo así. No, la inversión más importante es la construcción de una mente o una personalidad más flexible.

¿Cómo se construye una mente más flexible?

Yo hago meditación, practico vipassana. Medito dos horas diarias. Voy a muchos retiros, hasta 60 días al año, y me funciona. No puedo decir que funcionará igual para todos. Diferentes técnicas funcionan para diferentes personas. Algunas personas van a terapia, otras hacen arte o deporte. Es decir, puedes ir de excursión a las montañas durante una semana y esto puede, para una persona en particular, ser mucho más efectivo que casi cualquier otra cosa. Es muy personal, porque no creo que haya una solución para todos.

Pero debemos tener más claro el objetivo: necesitamos conocernos mejor a nosotros mismos y desarrollar una flexibilidad mental. No como una especie de pasatiempo. Realmente es la cualidad o habilidad más importante para sobrevivir a las turbulencias de las próximas décadas.

Es importante dar ejemplos concretos para que no sea pura teoría. Digamos que trabajas en un banco y tienes una carrera exitosa. Y después de 10 años, tu trabajo termina siendo automatizado: te dedicas a hacer negocios en la bolsa de valores y de repente el algoritmo es mucho mejor que tú, y pierdes tu trabajo. Tienes que volver a aprender mucho de lo que has aprendido en los últimos 10 años; tienes que volver atrás en muchos sentidos. Debes renunciar no sólo a lo mucho de lo que has aprendido y logrado, sino a tu percepción de ti mismo. Ya no sabes exactamente a qué te dedicas. Esto exige mucha flexibilidad e inteligencia emocional: cómo manejar esta transición en la vida.

¿Cómo ha cambiado tu trabajo tu relación con la tecnología?

No tengo un smartphone. Mi atención es uno de los recursos más importantes que tengo, y el smartphone está tratando de llamar mi atención constantemente. Siempre hay algo que llega por esa vía.

Trato de ser muy cuidadoso sobre cómo uso la tecnología y me aseguro de usarla para los propósitos que yo defino en vez de permitirle que moldee mis objetivos. Eso ocurre a veces cuando abres la computadora: tienes un par de minutos libres, así que empiezas a navegar por YouTube, y dos horas más tarde sigues ahí viendo videos de gatos chistosos, accidentes automovilísticos o lo que sea. No te dijiste a ti mismo: “Ok, quiero pasar las próximas dos horas viendo estos videos”. La tecnología te dictó que eso es lo que harías al atraer tu atención de una manera tan contundente que pudo manipularte.

¿Cómo ha cambiado tu calidad de vida el eliminar las tecnologías que atraen la atención?

Tengo mucho más tiempo. Creo que hace que todo sea mucho más pacífico... No es un secreto. La manera de captar la atención de la gente es a través de sus emociones, ya sea mediante el miedo, el odio y la ira, o a través de cosas como la avaricia y el deseo. Si alguien le tiene mucho miedo a los inmigrantes y odia la inmigración, el algoritmo le mostrará una historia tras otra sobre cosas terribles que hacen los inmigrantes. Si alguien realmente odia al presidente Trump, pasará horas viendo todo tipo de cosas que le resultan muy molestas. Y no importa si es cierto o no: verán un titular de “El presidente Trump dijo que el mundo es plano”, y sentirán una urgencia irresistible de darle clic.

Te llama la atención porque tienes una debilidad. Te sientas ahí y lees historias exasperantes durante una hora entera, y básicamente estás alimentando tu mente con cosas que te enfurecen. Y esto es especialmente malo si muchas de estas historias no son ciertas. A veces son reales, a veces no. Pero el resultado es que acabas de pasar una hora alimentando tu odio y tu furia.

Es lo mismo con la otra cara de la moneda, con la codicia. Porque si realmente quieres algo —el cuerpo perfecto, el coche perfecto— y ves todos estos videos, lo quieres cada vez más. Y si no lo tienes, te sientes peor y peor porque no tienes cierto cuerpo o cierto auto. Así que pasaste una hora alimentando tus deseos y tu codicia, y eso no es bueno para ti.

Mientras mejor te conozcas a ti mismo, más protegido estarás ante todos estos algoritmos que intentan manipularte. Volvamos al ejemplo de los videos de YouTube. Si sabes que “tengo esta debilidad, tiendo a odiar a este grupo de gente”, o “tengo cierta obsesión por mi peinado”, puedes estar un poco más protegido de este tipo de manipulaciones. Como ocurre con los alcohólicos o con los fumadores, el primer paso es reconocerlo: “Sí, tengo este mal hábito y debo ser más cuidadoso”.

Entonces, ¿cómo sigues las noticias?

Casi nunca sigo las noticias diarias. Suelo leer libros largos sobre temas que me interesan. Así que en vez de leer cien historias cortas sobre la economía china, prefiero tomar un libro sobre el tema y leerlo de principio a fin. Así que me pierdo muchas cosas, pero no soy político ni periodista, así que supongo que está bien no seguir todas las últimas noticias.

¿Por qué crees que somos tan renuentes a cambiar nuestras costumbres? Esto me recuerda al reciente número de The New York Times Magazine sobre el calentamiento global. En la década de 1980, sabíamos que esto iba a ocurrir y no hicimos nada al respecto, y ahora estamos sufriendo las consecuencias. Me parece que ésta es una situación similar: sabemos que esto va a suceder y no dejamos de hacer lo que eventualmente va a destruirnos

Uno de los motivos es que hay un potencial increíblemente maravilloso en muchos de estos desarrollos de inteligencia artificial. Si todo fueran malas noticias, no habría tentación de ir en esa dirección ni razones para invertir miles de millones en este tipo de investigación y desarrollo. Pero también hay muchos beneficios potenciales

Remplazar a los conductores por coches de autoconducción puede salvar más de un millón de vidas cada año en el mundo. En la actualidad, más de un millón de personas mueren en accidentes de tráfico anualmente, la mayoría de los cuales son causados por errores humanos. Sería muy bueno salvar estos millones de vidas, pero para poner los coches autónomos en las calles se necesita la capacidad, hasta cierto punto, de hackear el comportamiento y las emociones humanas. No se trata de hacer un giro de 90 grados en el camino; ésa es la parte fácil. Lo verdaderamente difícil es cómo ser cuidadoso si hay un niño caminando por la calle y de repente aparece frente al coche porque estaba persiguiendo una pelota.

Así que para poner coches autónomos en las calles, necesitamos autos que puedan reconocer a los niños y que sepan muchas cosas sobre su comportamiento. Esto, en cierta medida, también es hackear a los seres humanos y aprender a reconocer sus patrones de comportamiento. Básicamente, el mismo tipo de tecnología que te permite atraer a la gente a los videos de YouTube también te ayuda a salvar un millón de vidas al año. Así que decir: “Oh, todo es terrible, no es bueno” no va a ser tan fácil.

Las caras de una moneda, supongo. ¿Existen maneras de aprovechar lo bueno sin tener lo malo

Esperemos que se logre mediante la regulación gubernamental, la presión del público, y la autoconciencia y las intenciones de la gente en la industria. Mucha gente en la industria —sin duda todos los ingenieros y los científicos al frente de esta revolución— no tiene malas intenciones. Supongo que hay algunos con malas intenciones. Pero la mayoría de ellos no busca crear una distopía. En muchos casos, simplemente no se dan cuenta de las implicaciones y las consecuencias potenciales de lo que están desarrollando. Si ponemos más atención a lo que está ocurriendo —y no sólo la gente de la industria, sino todo el mundo— podamos dirigir estos desarrollos en la dirección correcta.

Para mí, este libro no es un volumen de profecías sobre el futuro en plan “Esto va a pasar y no hay nada que podamos hacer al respecto”. Si no hay nada que podamos hacer, no tiene sentido decírselo a la gente. La idea es a llamar la atención sobre estos temas. Tenemos que hablar mucho más sobre lo que la inteligencia artificial y la tecnología van a hacerle al mercado laboral, a la psicología humana y a las relaciones humanas. Y éstos deberían ser los temas centrales, por ejemplo, en el debate político. Hay una elección dentro de unos meses. Si vas a la reunión del ayuntamiento y hay alguien que quiere ser parte del congreso, pregúntale: ¿Qué opinas del impacto potencial de la inteligencia artificial en el mercado laboral, o en el desarrollo de la psicología infantil. Si voto por ti, ¿qué vas a hacer al respecto?

Una de las ideas que más me gustó de Sapiens, y que obviamente volví a explorar aquí, es la de los mitos en los que creemos. Me da curiosidad cuáles crees que son los mitos más peligrosos en los que creemos ahora.

En realidad, hay dos mitos peligrosos que compiten entre sí. Un mito muy peligroso está en el campo de la política. Vemos las mentiras de las fantasías nostálgicas sobre el pasado. En cada vez más países hay líderes políticos que, en lugar de ofrecer una visión sobre el futuro, cómo vamos a lidiar con la inteligencia artificial, el cambio climático y todo eso, no tienen soluciones reales a estas cuestiones. Así que en vez de eso, distraen a la gente con fantasías nostálgicas sobre el pasado: “Si votan por mí, traeré de vuelta la edad de oro.” Lo que es absolutamente imposible. Normalmente la edad de oro nunca existió, es sólo una fantasía. E incluso si hubiera existido, no se puede volver atrás.

Y esto es muy peligroso porque en vez de tratar de encontrar soluciones reales a los nuevos problemas que enfrentamos, la gente se dedica a este ejercicio nostálgico. Si falla —y está destinado a fallar— nunca lo reconocerán. Sólo culparán a alguien: “No pudimos realizar este sueño debido a los enemigos externos o a traidores internos.” Y esto es algo muy peligroso.

El otro peligro, el opuesto, es: “Bueno, el futuro básicamente cuidará de sí mismo. Sólo debemos desarrollar mejor tecnología y esto creará un paraíso en la tierra”. Lo que no considera todas las formas distópicas y problemáticas en que la tecnología puede influir en nuestras vidas.

Esta entrevista fue editada y resumida. El artículo se publicó originalmente en GQ US.

Escrito por: Clay Skipper

Fuente: www.gq.com.mx
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