Por: Jorge Luis Rueda Roque
A propósito de una publicación que dice: “Enfoque de género en la gestión integrada de los recursos hídricos en un contexto de cambio climático”.
La primera impresión de alguien medianamente informado sería que a él sus padres lo han engañado de chiquito cuando le decían: “tú eres inteligente”, u otra reacción sería: “conmigo confirmo que el Perú está pésimo en comprensión lectora”, porque de ya resulta complejo darle una interpretación a tan ampulosa, grandilocuente, pomposa y ridículo título, de allí qué se conciba en el imaginario popular, que aquellas personas que hacen uso de palabras complejas difíciles y rebuscadas, son gente inteligente. Que no necesariamente se debe confundir con lo versada. En el tiempo logre entender, que aquellas personas que tienen las ideas claras, les resulta mucho más fácil comunicarlas a través de conceptos, por eso creo entender la magnitud que alcanza un verdadero orador, cuando de él fluye la capacidad de verbalizar las ideas y por lo tanto comunicarla. Mientras de la otra, solo se encuentra un cúmulo de clichés, que al juntarles no hace otra cosa que el tratar de esconder la incapacidad de transmitir una idea válida.
Y eso es lo que hace la izquierda, esa izquierda seudo intelectual, del autobombo, del Starbucks, del piano bar, del vino importado, de la ropa de marca y la compra por catálogo. Esa intelectualidad de los niños bien, que buscan ser exculpados de su vanidad de dormir y comer bien, a costas de no hacer nada. No trabajar, no producir, tan solo WEBEAR.
Que todo lo anterior me gusta???? Claro que me gusta.
Pero fuera de la pose de aquellos que se reclaman la reserva moral y también intelectual de este país, que en su búsqueda permanente de vivir como parásito del estado, en otras palabras de todos nosotros. Se justifican entre ellos el escandaloso mérito de sociologizar absolutamente todo para luego decir que debemos seguir sociologizando.
Por ejemplo, y oído a la música. Imagínese cualquier problema de nuestra sociedad, cierre los ojos y concéntrese en uno de ellos, si desea cámbielo, recuerde que estamos en un ejercicio, muy bien, lo cambio???? Pero si quiere cámbielo por un problema más o menos complejo, mire que no le estoy dando opciones, muy bien, recordemos entonces cualquier entrevista de la radio o tv. Donde los “intelectuales” de izquierda se presentan. El locutor lo presentara siempre con todos sus títulos, pero sobre todo como un “especialista en el tema” como si fuese casi el único experto en la materia.
A la pregunta de enfoque que le hará el periodista, este responderá:..... “bueno, la verdad es que el problema es muy complejo, en este tiempo que venimos investigando, nos hemos percatado que el análisis que se viene haciendo del problema es muy superficial. Y, que indiscutiblemente, requiere de un análisis mucho más profundo, esto significa necesariamente, que el estado, debe realizar una profunda inversión para la evaluación del problema, el estado debe necesariamente convocar a un equipo multidisciplinario de profesionales, garantizando la participación de la sociedad civil. Solo atacando la raíz del problema podríamos encontrar soluciones al mismo. El estado se equivoca cuando pretende atacar las consecuencias y no la raíz, acá, tenemos que hacer un análisis transversal del problema, que tiene que ser visto desde la óptica de la familia, la educación, la inseguridad, la nutrición, el tema laboral, el acceso a salud y por sobre todas las cosas a la poca presencia del estado no......”.
Me recuerda cuando termina un partido de futbol y los periodistas le ponen el micro al profesional de la pelota. ¿Qué tal el partido? Y el futbolista responde: “bueno, un partido muy complicado, muy difícil, ellos solo vinieron a defenderse, se cerraron bien atrás, fallamos muchos goles, cometimos muchos errores, bueno solo queda seguir trabajando”
Siempre (por lo menos para mí), me resulta jocoso como aquellos que se autodenominan intelectuales, y se marketean entre ellos como eruditos, especialistas y doctos les cuesta dejarse explicar. Y es que es justamente allí donde reside el éxito de la izquierda en desinformar, sino preguntémosle al Sutep, la peligrosa izquierda que ya cumplió su papel de llevar la educación a los niveles que vemos hoy.