Perú: la inseguridad ciudadana.
El Perú es de aquellos pocos países en donde lo asombroso resulta casi natural, aquí el tema de la violencia cada día que pasa se torna en elemento de la cotidianeidad, el robo en la vía pública se constituye como parte del paisaje común, la noticia del sicariato, es noticia normal, algunas décadas atrás el encontrar un cadáver en alguna maleta, era motivo de noticia por meses, hoy, una escalofriante escena de esta, es superada por otra igual o peor antes de iniciar una siguiente semana, nada disuade a los malhechores, ampones y delincuentes, incluimos en esto a violadores, tratantes de blancas, narcotraficantes, estafadores, funcionarios y empresarios corruptos, pasando por nuestra venida a menos clase política, involucrados casi todos en algún escándalo de por medio.
La pregunta de rigor sería, ¿Cuándo nos daremos cuenta de que ya todo se nos fue de las manos, y que hay que dar pasos radicales para contener todo esto?
Recuerdo cuando la violencia senderista ya había ganado a la moral del ciudadano común, cuando el miedo, el pánico y el terror, ya habían hecho mella en el espíritu de los peruanos. Y como una hipócrita clase dirigente abalaba todo eso bajo el prurito expreso de los derechos humanos, tuvo que morir Marielena Moyano, para que la izquierda peruana se dé cuenta de que ellos también estaban siendo cercados por la maldad, el odio y la insania de sendero luminoso, y tuvo que ocurrir lo de la Calle Tarata en Miraflores, para que la clase política y la elite política peruana que siempre se ha sentido miraflorina de café Haiti, se dé cuenta que ellos como parte de la sociedad también son víctimas. O tenemos que esperar un drama extremo (no tengo ni idea de que podría ser más extremo que lo que ya está pasando) para accionar medidas radicales que corrijan esta situación.
Algunas cosas que propongo:
Una primera situación es la de cambiar el concepto penitenciario, esta debe ser la de concebirla como una verdadera sanción, antes que concebirla como un espacio para la resocialización, la prisión en el Perú o es para ganarse galones en la delincuencia o para perfeccionarse en los sistemas de robo o extorción. Las penas tienen carácter vacacional y de aprendizaje delictivo. La prisión deben de ser en solitario, máximo con una hora de patio, lo primero que debe hacer la prisión es quebrar la moral de los delincuentes.
Las penas deben tener un carácter de máxima sanción. Todo acto punible debe castigarse con 25 años de cárcel, y el delincuente podrá acceder a beneficios penitenciarios, cuando hubiese cumplido exactamente la mitad de la pena y haya cumplido con dos requisitos, a). Haber pagado la debida reparación civil al estado, (todo lo que nos costó tenerlo preso), y b). Que haya cumplido con pagar la debida reparación civil a sus víctimas, de lo contrario, cumple la totalidad de la pena.
Las penas deben tener un carácter acumulativo, si alguien entra a un banco en banda, armados y ejecutan un robo, y producto de esta matan a tres personas, pues apliquemos la pena máxima por cada delito, 25 años por robo, 25 años por robo en banda, sumémosle, 25 años por portar armas, 25 años por cada una de sus víctimas, hasta allí, cada uno de los facinerosos tiene garantizado 150 años de cárcel. Estoy seguro que después de la primera centena de condenados la violencia bajaría radicalmente.
Debemos partir de la premisa de que toda sanción está diseñada para disuadir.