Un estudio publicado en el Journal of the American Dental Association (JADA), en la edición de agosto de este año titulado “Pregnancy outcome after in utero exposure to local anesthetics as part of dental treatment”. Indica que la mujer embarazada no debe tener ninguna preocupación en someterse a un procedimiento dental que requiera anestesia.
El equipo de investigación liderado por Aharon Hagai, D.M.D., tenía como objetivo determinar si había un riesgo significativo asociado con los anestésicos locales utilizados en el tratamiento dental y los resultados del embarazo. No se encontró ningún riesgo.
Los autores realizaron un estudio observacional prospectivo y comparativo entre 1999 y 2005.
Siguieron 210 embarazos expuestos a los anestésicos locales dentales (112 [53%] en el primer trimestre) y los compararon con 794 embarazos no expuestos a teratógenos. La tasa de las principales anomalías no fue significativamente diferente entre los grupos (4,8% versus 3,3%, p = 0,300).
No hubo diferencias en la tasa de abortos involuntarios, la edad gestacional al momento del parto, o el peso al nacer. Los tipos más comunes de tratamiento dental fueron: la endodoncia (43%), exodoncia (31%), y restauraciones dentales (21%).
La mayoría de las mujeres (63%) no fueron expuestas a medicamentos adicionales. Aproximadamente la mitad (51%) de las mujeres que no fueron expuestas a la radiografía dental, y el 44% fueron expuestas a la radiación.
La investigación no mostró evidencia de que el tratamiento dental con anestesia provoca daños durante el embarazo. A pesar de este resultado, muchas mujeres no visitan al odontólogo cuando están embarazadas.
Directrices para el tratamiento en el embarazo
Por lo general, los odontólogos prefieren administrar anestesia local con mepivacaína al 3% sin vasoconstrictor. Sin embargo, de acuerdo con la clasificación de la FDA, mepivacaína, así como la articaína, están incluidos en la Categoría C, lo que significa que son medicamentos que se debe utilizar con precaución.
De acuerdo con la clasificación de la FDA, lidocaína, prilocaína y etidocaína se incluyen en la Categoría B, por lo que la dosis administrada a mujeres embarazadas (como así como a la población general) debe estar bien por debajo de la dosis máxima recomendada.
Debemos evaluar cada caso de manera personalizada y educar a las mujeres embarazadas que asisten a nuestra consulta para que mantengan una correcta higiene bucal y continúen con los tratamientos necesarios.
Fuente: www.odontoespacio.net