11 abril 2024
- Tienes esa extraña sensación de que ya no estás.
- Sales de un palacio de hielo en el que el dintel de la puerta está un mundo por encima de tu cabeza.
- Todo lo que ves te extraña, te confunde, te parece un universo diferente.
- La piel se convierte en tu cárcel y el viento tu único aliado.
- Los páramos muestran color marronáceo y los cielos son preocupantemente grises … frío, mucho frío.
- Una escalera imposible te muestra un camino y no sabes muy bien si es de subida o de bajada … hace frío, mucho frío.
- “Cariño ¿Estás bien” … El cielo me habla – pensé – pero solo era un nuevo despertar, felizmente, un día más.
- Dos besos, un susurro abrasador, una promesa y un te quiero más que nunca aliviaron mi angustia.
- No se trata de que el cielo o el fuego eterno pueda o tenga que esperar, pero cuando vives así es como ganarle terreno al mar … echando rocas, tierra y material de derribo a esa nueva escollera que voy creando al mar de mi vida, sin pretensiones inalcanzables, sin chulerías absurdas, sin objetivos más allá del propio día … solo vivir, gracias vida … te quiero vida, cada día un “mucho” más.
N: Un veterano, apostólico, muy misógino y también muy silencioso compañero de café en la madrugada de los ya imprescindibles días festivos, cuando le leo, a modo de ensayo, esta gris, aunque, eso sí, no deja de ser otra apología vivencial y para ver su reacción, me dice, en forma cachonda y algo sarcástica y evangélica: “Enrique … cada vez me gustas más por lo bien que te explicas coño”. … y yo decidí, como no, seguir amando, abrazando y disfrutando de ella, “fotre” … ¿Por qué no? … aunque a él, mi querido, admirado y silencioso amigo, le cueste entender como lo cuento y lo que es aún peor ¿por qué?
Fuente: etarragof.blogspot.com