l fuego amigo es juego enemigo, pues arropado por la indiferencia hacia los efectos que ocasionan sus acciones, aunque sean fortuitas o sin malas intenciones, es el directo responsable de las polvaredas que quedan flotando en el ambiente, después de haberse arrasado los espacios territoriales que quedan erosionados detrás de tantas bajezas humanas, incidiendo en la percepción que toman las personas, creyendo así que es normal ser ignorantes de las consecuencias destructoras y deformantes de un planeta solitario, el cual cada vez más se va quedando sin dolientes frente a los castigos infligidos, afectando por igual a miserables y poderosos, aunque todos al unísono manifiestan estar castrados de emociones decentes desde el corazón de una especie transformándose en indigna ante el rol que ejecuta.