La persona que “sabe”, sabe eso, pero la persona que tiene (la) esperanza no los sabe, al menos no exactamente… Lo que hay ahí sólo existe en estado latente: por suceder.
En realidad la esperanza depende del garado de fe que haya en cada uno…
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Es curiosa la forma como algunas personas defienden sus puntos de vista. Dicen, por ejemplo defendiendo a ultranza el texto de la Sagrada Biblia: “¡La Sagrada Biblia nunca se equivoca! ¡Es la palabra de Dios, y Dios ¡no se equivoca!!”. Pero cuando se topan de narices con los textos que los contraponen a ella, dicen como loco —y nosotros sabemos lo que quiere decir esa expresión— , REVIENTAN COMO GLOBO INFLADO EN EXCESO ¡O QUE SE HA TOPADO DE FRENTE CON UNA ESPINA DE ROSAL!: ¡El que crea eso es un hereje! ¡Qué irreflexivos! No se dan cuenta que al decir eso han quedado plenamente en evidencia y que los verdaderos hijos de Satán SON ELLOS. Porque, o son parte de la Sagrada Biblia, o están contra ella, y, al hacerlo en una de las dos direcciones demuestran con quién están…