EL CARTEL DE LAS GRUAS EN NARIÑO
Pablo Emilio Obando A.
“El Negocio es así: La grúa desde el Pedregal Cobra $240.000 y $180.000 en Oficinas del Departamento. Cuando uno tiene un accidente o falla mecánica, llama al peaje y el Sistema de la Vía le envía una grúa que no cobra, incluso el conductor de la grúa no recibe dinero por su traslado a cualquier sitio de Pasto. El Negocio está en que El Policía Recibe Plata del Cartel de las Grúas, que están asociados con los Parqueaderos que cobran $40.000 pesos día. La diferencia entre un servicio de seguridad vial prestado por el Peaje y el servicio de inseguridad de la Policia.... Ahora si usted invoca el Artículo del Código de Tránsito, que establece que la Policia Vial es la competente para estos asuntos, le llegan motorizados y hacen el comparendo con código de mayor sanción...... Quiere más pedagogía vial?”
Así resume el economista y ex alcalde del municipio de Pasto Jimmy Pedreros Narvaez la problemática que se vive en nuestro departamento y que se empieza a conocer como “El cartel de las grúas”. Situación que empieza a rebosar la copa de los ciudadanos y que toma visos de carácter internacional por cuanto ciudadanos ecuatorianos también son víctimas de esta anomalía que requiere el estudio y análisis de las autoridades competentes que parece acolitan y permiten el abuso de policías de carretera en diferentes puntos del departamento y agentes de transito en nuestra ciudad.
Encontramos en las oficinas de Transito Departamental de Nariño a muchos ciudadanos dispuestos a denunciar este tipo de atropellos que afectan la economía de su hogar y les impide un trabajo honrado y honesto. Desde Buesaco, Yacuanquer, Taminango y otros puntos geográficos se inmoviliza al vehículo y se solicita a la ciudad de Pasto una grua para que lo transporte hasta los parqueaderos departamentales con gastos onerosos e innecesarios. Muchas veces la sanción que debe ir dirigida al conductor por no poseer su licencia de conducción se aplica al vehículo y es entonces cuando el agente solicita una grua, en la mayoría de los casos inenecesaria. Pero el negocio es justamente ese. Los ciudadanops se preguntan con justa razón cómo es posible que se inmovilice, por ejemplo, un carro en Buesaco y se deba traer en grua hasta Pasto a un parqueadero y se quejan de los gastos que se debe realizar para recuperar el vehículo pues deben trasladarse hasta Pasto, gastar en hoteles y alimentación y muchas veces permanecer por cinco o más días en espera de que el agente de transito o de carreteras se digne traer o enviar los comparendos y subirlos al sistema.
De otro lado la pesima atención en las oficinas de transito departamental es evidente y fastidiosa. Se reparten veinte fichas y la atención llega unicamente hasta que se completan; las filas son largas e interminables,la susencia de los funcionarios es notoria y existe unicamente un funcionario para atender los requerimientos de los ciudadanos.
Pero preocupante que esta problemática tome visos internacionales que también nos afectan a los propios de esta ciudad cuando nos desplazamos al vecino país del Ecuador, pues es tal el disgusto que en muchos casos actuan movidos por una especie de venganza que raya con el exceso de autoridad.
Nos preguntamos ¿Cómo es posible que los ciudadanos de bien, trabajadores y honrados deban pagar las consecuencias de una desidia administrativa que se hace visible ante la ausencia de unos simples parqueaderos en las diferentes localidades que permita la inmovilización de un vehículo? ¿Por qué se permite la actuación grosera y terca de unos uniformados que más bien parecen aliados con los propietarios de unas gruas? ¿Por qué las tarifas son tan altas en este negocio que raya con la usura y el ultraje? ¿Por que los concejos municipales o los alcaldes de otros municipios permiten esta situación que afecta a sus ciudadanos? La respuesta parece ser simple, la inmovilización se ha convertido en un gran negocio y de ahi la irrupción de gruas privadas que cobran altas tarifas perjudicando la economía de cientos de ciudadanos cuyo unico delito ha sido trabajar.
Pero lamentable también que se convierta en un problema binacional entre Colombia y Ecuador debido a la inexistencia de un simple retén en la frontera que brinde la información necesaria a los ecuatorianos que nos visitan y de paso nos traen unos buenos dolares. Qué fácil sería si un solo agente les facilite el ingreso de esta manera tan sencilla; pero no, la idea es dejarlos avanzar, permitir que paguen el peaje y, luego sí, rodearlos para inmovilizar su vehículo y traerlo en grúa desde Tangua hasta el parqueadero en la ciudad de Pasto. Ese ciudadano debe permanecer por mas de cinco días, realizar gestiones, ir y venir de oficina en oficina y luego cancelar unas multas y una grúa que facilmente se pudo evitar. Todo indica que el negocio de las grúas tiene varios cómplices que se hace necesario aclarar ante la opinión publica. En próximo informe miraremos como este cartel de las grúas afecta a humildes trabajadores de diferentes municipios del departamento de Nariño.