La fotografía es un arte que desde su origen ha ido cautivando a todos por igual; el arte de dibujar con luz en sus inicios estuvo reservado solo para unos pocos privilegiados que podían acceder a los costosos equipos y materiales necesarios para ponerla en práctica. Con el paso del tiempo se ha ido democratizando gracias a los medios de producción masivos entre muchos otros factores a tal punto que todos tengamos cámaras hasta en nuestros teléfonos móviles, existen muchas opciones accesibles a todo tipo de público.
Sin embargo aún hay excepciones; como es el caso del equipo profesional (cuerpos y objetivos especiales) o reliquias históricas de gran importancia para la historia de la fotografía como se trata en este caso. En los últimos tiempos han sido subastadas cámaras que podríamos considerar “legendarias” a precios exorbitantes; cabe recordar el caso de la Leica m3d perteneciente al estadounidense David Douglas Duncan, documentalista gráfico de Picasso; que adquirió un enorme valor (1,68 millones de euros) gracias a que esta cámara capturó las escenas más icónicas de la vida del pintor español además de otras celebridades. Tampoco podemos dejar de lado el ostentoso modelo Luxus de 1931 (fabricado también por esta marca), chapada en oro y con cobertor de cuero de lagarto subastada por 680.000 euros; el prototipo M3 vendido en 560.000 euros o el prototipo 250 Reporter vendido en 310.000 euros.
De todas formas no son estos los casos que nos ocupan en esta ocasión sino el referente al “santo grial” de las cámaras fotográficas: la cámara Leica Serie 0 del año 1923, que fue la primera en ser exportada por la firma a Estados Unidos (fue enviada a Nueva York para hacer la patente); adquirida por cerca de 1,8 millones de euros, que luego de gastos administrativos alcanzaría un valor de 2.16 millones de euros.
La cámara a pesar de tener más de 90 años funciona a la perfección haciendo justicia a los modelos diseñados por Oskar Barnack (de los cuales sólo se conservan 12 en la actualidad). Antes de ser subastada había sido valuada entre 500.000 y 573.000 euros, pero tras una intensa puja de cerca de media hora fue adquirida por un coleccionista asiático. Este precio rompió el récord que hasta ahora ostentaba una de las primeras cámaras fabricadas a nivel comercial, daguerrotipo auténtico, subastada por un millón de dólares en la galería Westlich en Viena (Austria).
La casa Leica es considerada mitológica en la historia de la fotografía ya que supo revolucionar el mercado en su momento gracias a su poco peso y su capacidad de captar la luz natural; insignia indiscutible de los fotógrafos de la agencia Magnum tales como Robert Capa o Henry Cartier-Bresson.
Claro está que en la actualidad no necesitas de una cámara de este costo para capturar imágenes a nivel profesional; puedes darte por bien servido con una buena cámara Canon, y sus diversos objetivos. Si deseas ampliar más tu
conocimiento sobre el tema, puedes consultar en
https://objetivocanon.es/50mm/.
Fuente: objetivocanon.es