NO SOLO LOS PERIODISTAS SON ATACADOS SINO CUALQUIERA QUE PIENSE DIFERENTE POR LACAYOS COBARDES QUE SE ESCONDEN EN LAS REDES SOCIALES...
Tanto los uno como los otros hacen gala especialmente en las redes sociales de un fanatismo extremo al límite de la degradación.
Son tan insufribles los ultra K como los anti-K más rabiosos tanto como los macristas ultra en un rasgo que los hace muy parecidos, que es el fanatismo.
Produce estupor y pena observar a los kirchneristas continuar encerrados en un fanatismo extremo que no distingue lo que es blanco de negro producto de un lavado de cerebro brutal, insultar, agredir, defenestrar a quien piensa diferente defendiendo lo indefendible, no entrando en razones con la más fenomenal corrupción kirchnerista que jamás vivió el país a pesar de todas las pruebas presentadas y acumuladas en la justicia.
Las diferencias entre ambos lados son más estéticas que programáticas ya que los separa una profunda intolerancia que sale de las tripas y no de dos cosmovisiones incompatibles.
De hecho, tanto los Kirchner como Macri son pragmáticos que gobiernan emparchando.
Macri llegó a la presidencia también con el voto de los que odiaban al kirchnerismo desde lo más profundo de su ser.
Los fanáticos macristas han convertido su creencia política en un fanatismo impiadoso totalmente cerrado donde no prima la razón sino por el contrario la intolerancia y la agresión.
El kirchnerista no puede creer que haya alguien macrista.
No les entra en la cabeza.
Y el que odia a los Kirchner no puede creer que a vos te caiga simpática una medida, así sea una medida que, si vos gobernaras, también la harías.
“Los periodistas en su generalidad somos los blancos constante de las agresiones e insultos de ambos bandos”.
Principalmente de aquellos LACAYOS COBARDES que agreden bajo un perfil sin foto ni información.
Ambos bandos quieren que los periodistas escriban todo bueno a favor ocultando la realidad.
Durante el gobierno K los ataques a las críticas eran contante con insultos, degradación y amenazas.
En el gobierno actual cualquier crítica al gobierno los ataques por parte de los simpatizantes macristas son impiadosos.
Ambos bandos deben comprender que hay que salir es del fanatismo dejarlo de lado buscando un equilibrio bajando los ánimos.
El fanatismo puede servir para el deporte, pero en la política debe imperar la razón.
Tenemos en la Argentina cierta impotencia para la coincidencia.
Durante más de una década se utilizaron cuantiosos recursos estatales para, desde los medios públicos, oficiales y para-oficiales, motorizar las divisiones.
Ahora esos recursos materiales ya no existen lo que no quiere decir que el nuevo gobierno no esté interesado en usar los medios a su disposición a su favor, o que no lo haga, pero todavía, al menos, no se volvió a montar el tipo de estructura comunicacional que estuvo al servicio de la humillación del otro.
La Grieta ha sido la culpable del “asesinato del Fiscal Nisman”.
Provocando un asesinato que conmovió al país y a la opinión pública mundial.
La grieta se va a ir cerrando en la medida en que la sociedad vea concretarse los logros de la nueva administración y también como consecuencia de un gobierno que se basa en el diálogo y la unión y que no se interesa en la confrontación como vía para el logro de sus objetivos.
La historia nunca retrocede.
El kirchnerismo ya está enterrado.
Macri se olvida de que para poder imponerle sacrificio a los humildes primero le tiene que parar el carro de las ganancias a los poderosos.
El Estado, en la modernidad, se tiene que imponer primero a los grandes capitales, para luego tener autoridad moral para imponerles a los humildes.
Por el bien del país la “Grieta debe concluir” los fanatismos extremos desaparecer y juntarse los extremos en un saludable dialogo pensando como devolver a la Argentina a la Nación poderosa y rica que una vez fue sobre el resto de los países del mundo.
Fundamentalmente por el futuro del país, de nuestros hijos y las futuras generaciones.
Reservados todos los derechos Santiago Oreggia©
