GOD SAVES YOU USA…
DIOS TE SALVE EE.UU…
La elección de Donald Trump a la presidencia no es menos que una tragedia para la república americana, una tragedia para la Constitución, y el triunfo, en el país como en el extranjero, de las fuerzas del nativismo, el autoritarismo, la misoginia y el racismo.
Donald Trump Presidente son tres palabras que eran impensables para decenas de millones de estadounidenses y gran parte del resto del mundo que observan con preocupación el futuro de los EE.UU.
Trump es el presidente electo menos preparado de la historia moderna por lo que demostró en toda su trayectoria, una gran incapacidad para liderar y menos aun a una nación de 320 millones de personas.
Ha amenazado con enjuiciar y encarcelar a sus opositores políticos, promover el racismo y ha dicho que reduciría la libertad de prensa.
Donald Trump es considerado un psicópata que miente sin escrúpulos que puede poner al mundo al borde del holocausto nuclear.
Si se mantiene fiel a su discurso de campaña, la elección de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos podría cambiar radicalmente la relación de este país con el resto del mundo; y, por esa vía, provocar profundas trasformaciones en todo el planeta.
La propuesta de erigir un muro a lo largo de toda la frontera de más de 3.000 kilómetros que separan a Estados Unidos de México es la primera promesa electoral incluida en el "Plan de 10 puntos de Donald Trump para poner a Estados Unidos primero".
Pero, el muro sólo será uno de varios puntos de fricción en la relación entre el nuevo gobierno estadounidense y México.
Trump anunció su intención de renegociar los términos del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), suscrito con México y Canadá, o de lo contrario su gobierno abandonará el acuerdo.
Anunció que anulará dos decisiones ejecutivas clave tomadas por el presidente Barack Obama para permitir temporalmente la permanencia en Estados Unidos de muchos jóvenes que ingresaron al país siendo menores de edad, los llamados Dreamers, así como de los padres indocumentados de jóvenes estadounidenses o de residentes permanentes del país.
Se estima que ambas medidas de Obama amparan a unos 5,2 millones de personas, aproximadamente la mitad de los inmigrantes indocumentados que hay en Estados Unidos. Ahora, según el plan de Trump, deberán ser deportados.
La Ley de Protección al Paciente y Cuidado de Salud Asequible, popularmente conocida como Obamacare, fue una de las banderas políticas del presidente Barack Obama.
Desde que entró en vigor, en enero de 2014, esta ley permitió acceder a cobertura sanitaria a unos 20 millones de personas que hasta entonces no disponían de ella, aunque aún quedan unos 24 millones de personas sin seguro.
Donald Trump prometió derogar esta legislación que en el último año ha sido objeto de muchas críticas por el aumento de las primas de los seguros y por las dificultades económicas que ha causado a las compañías aseguradoras, muchas de las cuales han anunciado que reducirán su participación en el programa.
Tras la caída del Muro de Berlín, la OTAN inició un proceso de ampliación para incluir a países procedentes de la ex órbita soviética.
Esta ha sido una de las principales causas del malestar en las relaciones entre Estados Unidos y Rusia, cuyo gobierno ve con resquemor que los países de su vecindario se unan a la alianza atlántica.
Durante la campaña, Donald Trump calificó a la OTAN de obsoleta y prometió que revisará el funcionamiento de esa organización.
Cuestionó que Estados Unidos se haga cargo de gran parte de los gastos de las operaciones de la organización, mientras que sólo 4 de los otros 28 miembros de la OTAN están invirtiendo un mínimo de 2% de la PIB en defensa.
"Los países que estamos defendiendo deben pagar por el costo de su defensa. De lo contrario, Estados Unidos debe estar preparado para dejar que esos países se defiendan solos. No tenemos elección", dijo Trump.
La ruptura por parte de Estados Unidos del compromiso de defensa mutua de la OTAN sería un giro político de imprevisibles consecuencias.
El grave error del partido demócrata fue la candidatura de Hillary Clinton carente del carisma necesario para llevar a cabo una elección exitosa y de una vanidad sin escrupulos que le jugo en su contra.
Un error que el mundo hoy observa conmovido con la elección de un presidente que recuerda a las peores épocas de George Bush hijo.
Para Argentina Luego de 11 meses de relaciones bilaterales muy armónicas, el Gobierno vuelve al punto inicial.
Se viene una guerra de monedas y un mundo que puede ser parecido al que hubo entre las dos guerras mundiales en lo cuales el país padecerá las consecuencias.
En una entrevista previa a las elecciones, el ahora presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, habló sobre Argentina.
Fue en mayo pasado, durante un diálogo telefónico con el canal CNBC.
-Si yo no gano, este país será totalmente diferente. Será como Argentina, o Venezuela- dijo Trump en esa oportunidad, en tono peyorativo-
El entonces candidato republicano se refería a la polémica en torno a la Corte Suprema de su país.
Según él, si la candidata demócrata Hillary Clinton resultaba electa, la Corte sería nutrida con jueces que convertirían a EE.UU. en "Argentina o Venezuela".
Lo cierto es que los poderes ocultos en las sombras que manejan el mundo han logrado su propósito con la designación de Donald Trump como 45 presidente de los EE.UU. poniendo a la humanidad al filo de la navaja.
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