Hace 24 horas nuestras fronteras fueron violadas, nuestras naciones golpeadas, nuestra dignidad ofendida, nuestros hombres y mujeres asesinados, nuestra tierra fracturada y nuestra libertad conculcada. Todo ello ante una Europa silente.
Otra capital fue víctima de un cruel atentado de manos de radicales sirios, la amenaza musulmana se materializa y otra vez la Revolucionaria es humillada. Mientras cientos de familias lloran y claman a gritos justicia para sus muertos, Europa, calla, un silencio que resulta indignante, ofensivo, los gobiernos de occidente parecen olvidar para quien trabajan.
Mientras la escalada de crimines y violencia avanza, nuestros ciudadanos conmocionados observan a sus líderes dubitativos, mostrando ser unos completos pusilánimes, la política de hoy ha perdido la entereza del ayer, la contundencia de aquellos días pretéritos, este no es un llamado a la guerra, es un grito de frustración, un grito de dignidad, por aquellos hombre y mujeres que han perdido su vida en manos de esbirros de un proyecto de terror.
¿A qué o quién esperan nuestros, presidentes, primeros ministros y cancilleres para tomar acciones? Parece que estos dirigentes investidos con el poder que nosotros les conferimos olvidaron cuál es su función, no consiguen hacer lecturas acertadas del escenario, no saben reconocer nuestras demandas y quien es el enemigo. Parece que no dilucidan, no concluyen que de no tomar medidas inmediatas y contundentes contra quienes nos atacan, vendrán otros a tomarlas por ellos. Los demócratas de nuestra ultrajada Europa, parecen padecer de amnesia selectiva de algún trastorno en la memoria, no recuerdan que la extrema izquierda y la ultraderecha le respiran en la nuca mientras duermen, ¿A que esperan a que sea una Le pen o quizás un Trump, quien venga y las tome? Está claro que nuestros pueblos, como es natural buscaran el refugio y la protección que estos sujetos ofrecen, nuestros impasibles mandatarios serán los responsables de la escalada que su cesantía provocara en los extremos de la política, hace 24h gano el terror gano una nueva batalla y junto a él, los polos más radicales, si estos dos actores se encontraran juntos en un mismo escenario las consecuencias serían realmente catastróficas.
La decisión es suya señores dignatarios, ¿concederán la justicia y la seguridad que nuestros pueblos reclaman o dejaran, con todo lo que eso supone a Europa prosternada ante el terrorismo?