Empiezan las clases; padres y docentes debemos plantearnos con seriedad acerca de los alimentos que consumen los niños tanto en la casa como en la escuela.
Se sabe que muchos alumnos asisten a la escuela sin desayunar.
Los kioscos, adentro del establecimiento o en la vereda, les ofrecen fundamentalmente golosinas, galletitas dulces, snacks y gaseosas, aportando a diario, alto contenido de azúcar ,grasas, sodio, colorantes, conservantes , calorías vacías y pocos nutrientes. Esta "malnutrición" genera alta prevalencia de sobrepeso, obesidad, descalcificación, caries, problemas renales, baja talla y bajo rendimiento escolar en niños y adolescentes.
Para dar un ejemplo, un niño que acostumbra a comer snacks, supera fácilmente la IDA (ingesta diaria admitida) de sodio, con las consecuencias que esto implica. A ello le agregamos el escaso o nulo consumo de otros alimentos como frutas , verduras y legumbres que aportan nutrientes críticos.
Las últimas encuestas nutricionales del país, indican que hoy en día, enfermedades como la obesidad y diabetes, frecuentes en la edad adulta, se dan a edades cada vez más tempranas, debido a los malos hábitos alimentarios, sumado al sedentarismo que propician las nuevas tecnologías. Antes los niños jugábamos de una forma más activa y la oferta de alimentos procesados, junto a las estrategias persuasivas de la publicidad no era tan amplia.
La publicidad hace su parte, ejerciendo presión sobre todo en los sectores más acríticos de la sociedad (niños y adolescentes), propiciando la elección que promueve el placer por sobre la salud. La escuela no puede estar ajena a esto.
En varias provincias, se comenzó a trabajar la iniciativa de los “kioscos saludables”, en base a una guía elaborada en el 2012 por la Secretaría de Salud de la Nación conjuntamente con el Ministerio de Educación. Hay quienes se oponen, aduciendo la falta de universalidad de la norma, debido a que excluiría a los niños de bajo poder adquisitivo. Lo cierto es que en muchas provincias no se han implementado o no se controlan debidamente.
De todos modos, la iniciativa de los “kioscos saludables” es un paso necesario pero no es suficiente. Constituye una opción más dentro de las estrategias de promoción de los hábitos saludables.
Se requiere el desarrollo de una nueva cultura alimentaria, esto es; una educación para la selección, manipulación y consumo de alimentos, desde temprana edad, en forma conjunta con la educación física y con el compromiso de toda la comunidad educativa.
Se tendrán que elaborar y suministrar material para la difusión y sensibilización, como así también una oferta y auspicio permanente de talleres de concientización con criterio pedagógico-educativo tanto en las instituciones escolares como en los medios masivos de comunicación y las redes sociales.
Se requiere del compromiso de los padres, la comunidad educativa y la sociedad en su conjunto. Debe haber coherencia entre los que los chicos aprenden en la casa , lo que les ofrece la escuela y los medios de comunicación. De otro modo, no se logra tempranamente la incorporación de hábitos saludables sustentables para toda la vida.
El mejor legado que podemos dejarles a nuestros hijos es la educación y ahora más que nunca ¡la salud!.
Mg. Ing. Claudia Guzmán. Especialista en Ciencia y Tecnología de los alimentos. Máster Internacional en Nutrición y Dietética.
Fuente: www.facebook.com
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