Siendo simples homúnculos creados por las fuerzas del universo no podemos pretender ser la esencia de la perfección material, convertida en un organismo irregularmente injusto, como son ciertas purezas genéticas surgidas de mezclas momentáneas que se establecieron a través de sistemas desequilibradamente imperfectos, ahora conductores de unas sociedades dispuestas a transitar por una cuerda imaginaria en que se balancean los privilegiados establecidos como modelos exitosos de vivencias indignas.