on tantas y tan variadas las promesas de mejoramiento colectivo que hacen los mismos que después destrozan al planeta qué las sociedades humanas terminan convencidas de estar frente a legionarios corporativos que son mitómanos expertos, dejando en latencia la sensación que estamos ante un juego de palabras sin ningún sentido diferente a engañar a los ejércitos de incautos que mantienen altas las expectativas de cambios, esperanzados en creer que las mentiras se dicen buscando resarcir a los inversionistas que castran sus propias expectativas de vida.