26 mayo 2022
– No sé si sería necesario que me contestara, pero como siempre lo hace, decidí volver a intentarlo.
– Me acerqué a él, bien temprano, y le pregunté por la cara mala del mundo.
– Tras un silencio atronador, solo empañado por un suave rugir de las olas, oí su respuesta: “Todos vivimos un tiempo en ella, no existe un único lugar, son momentos, sí, son aquellos momentos de nuestra vida, de todas las vidas, en las que nos creemos que nada puede irnos peor y creemos llevar encima la mancha del lado oscuro del mundo”.
– Repregunté: ¿Cuándo sabemos que estamos viviendo esos momentos?
– Esta vez la respuesta fue más rápida: “Quizás creas vivirlos algunas veces, pero nunca lo son. Debes aprender a sufrir, primero, luego a olvidar el lado oscuro y a apreciar lo que tienes, la vida, el amor, tus hijos, tus nietos, tus amigos… eso te alejará de lado oscuro, vive mientras puedas y sé feliz, aprovecha el tiempo en ello y en hacer felices a quienes te rodean”.
– La voz se apagó, el sol me estaba abrasando la cara y al fondo empecé a oír la dulce voz que acompaña toda mi vida: “Enrique, despierta, ya hablas dormido, vámonos que este sol ya no es el bueno para nosotros”.
– La miré, le di un suave y largo beso, mientras sentía amarla de un modo eterno. Cerré los ojos y recordé aquella vieja frase de Benedetti: “Cada vez que te enamores no expliques a nadie nada, deja que el amor te invada sin entrar en pormenores”.
Fuente: enriquetarragofreixes.wordpress.com