La inequidad trasciende mucho más que la justicia,
igual sucede con la injustica, siendo ésta más notoria que la igualdad,
entonces se entiende el por que la maldad se emplea dentro de toda sociedad,
ya que a través de ella se envían claras señales de quienes tienen la propiedad,
sobre todo, aquellas adquiridas ilícitamente por medio de la impunidad,
buscando que los individuos libremente acaten a aquellos que sutilmente los violan,
subyugando con su paso cualquier idea razonable sustentada en la verdad.
La felicidad está arraigada a una tristeza que se impone con la violencia,
también ocurre igual con la esperanza que emerge posterior a toda desilusión,
reacciones que se provocan, para lograr que las personas se conformen con bicocas,
pudiendo transformar al ser humano en un habitante de la oscuridad,
la cual se expande por la humanidad, para que, entre todos,
vivamos creyendo que son los sueños la felicidad, aunque se estrellen contra la realidad.