18 mayo 2021
- Enterarte que los nísperos salen de un árbol, y que el atún en una miserable lata, no, (que no sale de los árboles), es algo que los de mi avanzada juventud aprendimos a cierta edad, pues solo pensábamos que Dios existía cuando nos daban pan con azúcar y vino, pero por eso, (y por muchas cosas más), me resulta curioso saber que hoy en día casi nadie de los que deban o debieran, saberlo les resulte imposible, a su muy temprana y veinteañera edad, saber, (tampoco), como se llama el Presidente del Gobierno de España, el de hoy y que no el de las Filipinas, por ejemplo, a la vez que, (y no me atrevo a preguntárselo), que es eso de las Filipinas.
- Esperar que Juan, a sus jóvenes setenta y cinco, no le diga lo de muy buen ver que está a la joven sesentañera chica de las verduras, cada mañana cuando viene ella a buscar el periódico del día para llevárselo a su querido y golfante marido, para que pueda seguir éste, (el marido), en el bar de El Lloc, (sentado en la terraza de la Playa), con su “birra” y sus “panchitos”, sería, no saber, ni poder vivir esos necesarios momentos de tertulia en el Kiosco de La Playa que lo son, tan sólo, para veteranos sin fronteras en eso del amor sin consecuencias.
- Asomarte a la Playa y acojonarte cuando ves que aún no hace tiempo de meter los pies en el agua de la orilla, frustra un poco, lo sé, por eso haces ver a los que te escuchan en el banco de los oídos perdidos, sólo para sordos, (que no de sordera, sino que no escuchan más que su propio discurso), que no son los años, NO, es que hoy te has doblado la rodilla cuando has tropezado con el carro de la linda chica de la limpieza cuando salías del ascensor y no estabas mirando donde debieras. Pero eso no es cierto, la realidad era y es lo que es, que hoy dices tener 65 y que en julio cumples 72, y que es por eso, y solo por eso, por lo que no te metes en el agua a mojarte tus viejos y estropeados, pies.
- Por último, mi amigo el Concejal de ese bello pueblo de la Marina Baja, entre la Capital y la Vila, (todo un ejemplo de animal político de supervivencia absoluta), que ya dejó el Partido Comunista hace cuasi 30 años y que hoy, tras pasar por el Partido Socialista, flirtear con el partido de los verdes y enarbolarse la bandera del independentismo más valenciano, me dice que, ahora, se ha vuelto un enamorado de la Montero, (la de Unides Podem), y se ha lanzado con ello al mundo de las asociaciones subvencionadas por los partidos de la izquierda más progre, (y que también las hay en las derechas más vulgares) …
“Enrique, es mejor eso de obtener un cargo en las Asambleas y Organizaciones por La Libertad de Expresión, el Feminismo de clase o hasta de una ONG en favor del mundo subsahariano, que no depender del dedito del señor de un Partido que te coloca en las listas electorales si le chupas el culo o lo que sea, a su gusto, para seguir medrando en esto de la política”.
- Conclusión: Vivir para ver … para ver lo feliz que se puede ser sin complicarse la vida más allá de la supervivencia.
- ¿Y eso qué é lo qué é, Enrique? – Me dice el Concejal enamorado de la Montero, que me ha leído el artículo.
- Y yo le contesto a mi concejal favorito: ¿Qué de qué?
- Sed felices, no seáis muy crueles, ni exigentes, con vosotros mismos, con vuestra forma de actuar y con eso de mantener la dignidad por encima de todo, no, perdón, creo que eso ya no existe, eso se quedó en un viejo e ilegal, libro de Filosofía Social y Política de los 50 … pero dejémoslo en que la felicidad está por encima de todo y eso, sin ser gran cosa, es un gran e indefinido objetivo, pero muy meritorio, si se consigue.
- Por último mi conclusión de hoy va con una gran frase de Albert Camus: "Cuán duro, cuán amargo es llegar a ser hombre."
Fuente: etarragof.blogspot.com
