Sr. Enrique Peña Nieto.
Por este medio me dirijo a Usted para que reconsidere su actitud hacia las protestas y justas exigencias de los ciudadanos mexicanos en contra de las reformas que pretende instalar a pesar de la resistencia civil generalizada y manifiesta en todo el país.
No es posible que pretendan continuar con tales reformas que sólo benefician a unos cuantos en la cúpula del poder. El país y sus recursos y la riqueza que de ellos se generen son de todos los mexicanos y debe ser repartida entre todos de manera proporcional y con acciones que garanticen el bienestar social de las familias (trabajos dignamente remunerados que permitan la adquisición de los bienes y servicios necesarios para VIVIR).
Hacen negocios y pretenden legitimarlos (los legitiman en el Congreso) sin que se escuche lo que los mexicanos pensamos y necesitamos. Están tan enfrascados en su ambición desmedida que no se quieren dar cuenta de los daños que están ocasionando. Estamos hartos de no ser escuchados, de ser agredidos por los mass media que controlan y manipulan la opinión pública. Es cierto que necesitamos innovarnos, pero no a partir de continuar desquebrajando al país y a nosotros. La administración del país les fue dada para que mejoren la situación de los más de 70 millones de mexicanos que viven en la pobreza, no para que sigan engordando sus cuentas bancarias personales. Sus proyectos reformistas recibirán menos recursos que los que utilizan para su imagen y gastos de representación, suyos y de varias secretarías, con el consiguiente fracaso y gasto público que se da de baja en los inventarios de cada año. Tenemos que aprender a ser una economía sustentable, a vivir modestamente para que todos podamos estar bien.
Queremos un plebiscito transparente. Queremos seguir siendo una República Federal. El congreso únicamente está asintiendo a sus propuestas, se ha vuelto una mano que se levanta para votar a su favor al mismo tiempo que este acto para nosotros significa que les ha llegado al precio.
No se está respetando la Constitución, si bien requiere actualizarse, ello no significa que la adecuen a sus caprichos monetarios, los Estados son libres y soberanos para decidir sobre los caminos que mejor convengan conforme a sus necesidades y a sus circunstancias y contexto. En educación que es sobre el tema que más puedo opinar, se ve claramente un retroceso pedagógico en el acuerdo 696 sobre evaluación donde se manifiesta claramente con la palabra medición. Si bien es cierto que el sistema no está listo para una evaluación cualitativa,(quizá cuanticualitativa) muchos docentes si lo estamos y seguimos investigando desde nuestras aulas del cómo dar cuenta de cada uno de los procesos que nuestros discentes siguen para acceder y construir los aprendizajes significativos que se requieren para alcanzar el perfil de egreso y puedan manifestarse en las competencias para la vida tan necesarias en este momento crucial que estamos viviendo, traduciendo estos procesos a los números (calificaciones) que se exigen para una rendición de cuentas estadísticas cuyos beneficios sólo se quedan en informes e informes que pasan a la historia.
Pareciera que sólo les interesa pasar a ésta a partir de títulos editoriales cuantificables.
Nuestras escuelas adolecen de muchas carencias materiales y de infraestructura, están lejos de ser los laboratorios en donde las problemáticas cotidianas que las rodean sean examinadas a la luz de los avances científicos y tecnológicos, de los contenidos programáticos, del conocimiento, del contexto y de las experiencias de todo el colectivo escolar y comunitario para encontrar las estrategias y alternativas que nos permitan solucionarlas y ser autosuficientes, ponerlas en marcha y traerlas de nuevo a las aulas para analizarlas y de nueva cuenta salir con más soluciones (corregidas y editadas) a la comunidad, en tanto nos vamos formando y vamos formando como gestores de nuestro propio desarrollo.
Es un buen momento para aceptar nuestra invitación, las múltiples invitaciones que desde todos los sectores de la población se les están haciendo llegar.
No se vale que se diga que nos están manipulando tal o cual partido y que pretenden sacar provecho en su beneficio. Los partidos así como otras agrupaciones, tanto las institucionales como las civiles para eso están, para eso fueron creadas. Para ayudarnos a construir un país más rico y diverso, más fuerte y solidario.
No se vale, eso sí que una vez encumbrados pretendan servirse con la cuchara grande, y si así fuera tendrán que escuchar y reconsiderar su actitud.
Si a partir de sus múltiples reformas pueden modificar la Carta Magna para su beneficio, más aún se puede hacer con las leyes secundarias y todas las que de ella emanen.
Desista de la verticalidad que está caracterizando a este mandato gubernamental que preside. No somos suyos Señor Presidente, no son nuestros dueños. Hidalgo inició la abolición de la esclavitud y Guerrero la concretó en su periodo (lo estudiamos en 5° de primaria), sin embargo no se concretó en la mentalidad del español y sus descendientes, e incluso la hicieron ver como un rasgo de normalidad entre los que llegan hasta la cúpula desde otros ámbitos de la población con menos recursos, lo han hecho ver como si nos hicieran un favor, cuando no es así.
Ustedes están ahí para servirnos, no para servirse Señor Presidente.
