Virginia Gonzáles Torres y Jorge Mendoza, responsables de la atención a enfermedades mentales, indiferentes y crueles ante la ola de suicidios en Yucatán.
Gonzáles Torres y Mendoza, responsables del área de atención a enfermedades mentales de la Secretaria de Salud, a nivel nacional y estatal respectivamente, indiferentes y crueles ante la ola de suicidios en Yucatán, que a todos espantan y escandalizan, pero que ellos pareciera no importar por estar más atentos a los regalos y las posadas que a la salud de los enfermos mentales de todo el estado de Yucatán.
Estos suicidios que de ser algo casi anónimo y vergonzante paso a ser un hecho colectivo y orgullo social para el consumo de la nota roja y de las redes sociales, para alimentar el morbo y escandalizar a quienes en la medianía burguesa esperan la navidad y el año nuevo en estas fiestas donde precisamente se celebra la vida y el nacimiento del mesías.
Una ola de suicidios recorre las calles yucatecas ante la indiferencia de las autoridades de salud en el estado, pero lo más terrible es que Virginia Gonzáles Torres, La Xtabay de Polanco, dio la orden a su sequito de lesbianas servidoras de no recibir a ningún enfermo mental en las diversas instalaciones del Hospital Psiquiátrico Yucatán en Mérida o en las del interior del estado.
La situación a como se observa es brutal e inaudita porque en menos de tres días se dieron cinco suicidios por ahorcamiento; hay que señalar que es precisamente en estas fechas –navidad y año nuevo- cuando la intensidad de la luz baja por las condiciones propias del invierno y las festividades hogareñas aumentan el índice de suicidios a nivel mundial, pero en especial en Yucatán.
Jorge Mendoza, secretario de salud en el estado de Yucatán, pese a ser médico, se muestra como un mudo cómplice de estas atrocidades al jugar con la vida de los pacientes psicóticos o esquizofrénicos, pero además alentar a Virginia Gonzáles Torres a continuar con el Modelo Hidalgo de atención a los enfermos mentales en Yucatán, pese a carecer de la infraestructura necesaria para tal fin.
Sabemos de buena fuente que las indicaciones de Gonzáles Torres dada a su sequito de lesbianas es tajante -no recibir ningún enfermo mental vengan en el estado en que vengan-, bajo el argumento -en el mes de agosto nos vamos al nuevo hospital-, donde habremos de poner a los enfermos psicóticos y esquizofrénicos.
Según trascendió que estas órdenes dadas por Gonzáles Torres a su séquito de incondicionales funcionarias lesbianas las siguen al pie de la letra, pese a inducir a la muerte a los enfermos mentales, con esta política a ojos vistos de exterminio de los enfermos al estilo las dictaduras –un gulap estalinista- en pleno trópico mexicano; pero además con el visto bueno del secretario de salud en el estado de Yucatán, Dr. Jorge Mendoza.
Los diarios locales de Yucatán han dado plena cobertura precisamente a estos dramáticos suicidios, que de ser algo realizado en el interior y la soledad de la casa habitación al colgarse en el brazo de la hamaca, se pasó a convertir el suicidio en algo social y colectivo donde el enfermo mental se exhibe ante el morbo social de Mérida.
Los enfermos mentales yucatecos ahora están colgándose en postes callejeros para hacerlo algo muy parecido a las imágenes de los colgados narradas por León Tolstoi en la novela monumental obra suya –La Guerra y la Paz- y darle espectacularidad al suceso, para que conste que en Yucatán se muere por suicidio ante la indiferencia de las autoridades responsables de la salud pública.
