EL MÉTODO DOCENTE EN MASONERÍA.
La Educación Masónica es un proceso muy específico y complejo que requiere para su implementación de un método que contemple las características particulares del educando, de la enseñanza iniciática y de los objetivos y fines que se propone.
Por otro lado, la teoría indica que el método educativo es una relación dinámica entre el contenido interno del educando, su psiquis, los contenidos del saber y los objetivos que se propone el educador.
Sabemos que en la acción educativa es indispensable tener en cuenta la metodología, o sea, lo que entendemos como la ciencia del método. Entendiendo por método, el procedimiento para alcanzar un determinado fin.
La metodología afecta todo, porque es nada menos que la forma de pensar, el proceso completo de comunicarnos con el hermano masón que está haciendo el papel de educando.
Consecuentemente, debemos ser conscientes que este proceso educativo constituye una docencia de adultos. En estricto rigor estamos hablando de ANDRAGOGIA (que es el conjunto de técnicas de enseñanza orientadas a educar personas adultas), y que el término común que nuestros usos y costumbres nos han estimulado a utilizar para describir la acción de dicho proceso, es el vocablo “Instrucción”. Al respecto, es probable que al escuchar tal expresión, por primera vez, nos veamos inclinados a interpretar dicho vocablo en el mismo sentido que tiene en el mundo profano, es decir: “Comunicar sistemáticamente conocimientos o doctrinas; enseñar, doctrinar”. Pero el verbo Instruir, proviene etimológicamente de la expresión latina “truire” que significa edificar y que constituye la raíz de otros términos asociados como cons-truir o des-truir. Ello nos permite comprender, entonces, que el sentido que le deberíamos dar a la voz INS-TRUIR está relacionado con esa acción de elaborar, de edificar, de construir internamente, puesto que tal es la significación que nos sugiere el prefijo IN en conjunto con la raíz TRUIR.
Entonces, si bien es cierto que el Método Educativo Masónico deberá contener guías y orientaciones, dirigidas por los Maestros de la Logia, la idea es que éstas estén orientadas a que los recipiendarios elaboren con ellas sus propias conclusiones, con el fin de construir su propio edificio, su propio Templo interior, a través de la toma de conciencia que que cada uno tenga respecto de los símbolos masónicos y del conjunto emblemático que estos representan.