El mercado del arte encadena varias temporadas de ascensión imparable, con récords que apenas duran meses y precios sin techo. Muchos especulan hasta cuándo durará esta fiebre empujada por las nuevas fortunas de Asia, Rusia y otras economías emergentes y se discute si es una burbuja a punto de estallar.
El resultado gris en la subasta de Sothebyis en Nueva York de la colección de Alfred Taubman de la noche del miércoles, uno de los hitos del mercado del arte este año, redobló la presión sobre la venta de ayer -misma casa y misma ciudad- de arte impresionista y moderno.
Con el último golpe de mazo del subastador en la sede de Sotheby’s, el mercado del arte respiró: no fue una noche para recordar, pero tampoco hubo un indicio de falta de apetito significativo entre los grandes coleccionistas. La firma vendió obras por 306,7 millones de dólares, con claridad por encima de la estimación inicial de 275,6 millones. La nota menos positiva de la noche la dieron las once obras que se fueron sin comprador -de un total de 47- y la escasa pelea por las piezas de mayor precio.
En el gran protagonista de la noche no hubo noticia: fue Picasso. Aunque cinco lotes del artista malagueño no encontraron hogar, Picasso se confirma como un seguro de vida del mercado del arte, capaz de disparar precios y romper récords. El de ayer fue el de obra más cara para su «periodo azul». Lo consiguió el retrato «La Gommeuse», ejecutado en 1901, que alcanzó los 67,5 millones de dólares.
Era propiedad de Bill Koch, hermano de los famosos Charles y David Koch, multimillonarios con la billetera siempre lista para financiar al ala más conservadora del partido republicano. Lo compró la marchante suiza Doris Ammann, que se lleva dos «picasso» por el precio de uno, ya que el lienzo escondía otra obra del pintor español en su parte de atrás.
«Cada temporada, Picasso tiene la increíble capacidad de sorprendernos y esta noche no ha sido una excepción», dijo Simon Shaw, co director del Departamento de Arte Impresionista y Moderno de Sotheby’s. Este retrato de un desnudo femenino se convierte en el undécimo cuadro más caro de Picasso vendido en subasta.
Otros protagonistas
Koch -que no estaba en la sede de Sotheby’s, pero sí su hermano David- también vendió el cuarto lote más caro de la noche, «Nymphéas», de Claude Monet, adjudicado por 33,8 millones de dólares.
Otros precios astronómicos fueron los 54 millones de dólares desembolsados por un paisaje de Vincent van Gogh y los 37,8 millones que alcanzó «Mystic Suprematism» de Kasimir Malevich. Es una de las obras más importantes del pintor ruso que quedan en manos privadas y la última en salir a la venta del grupo de cinco que colgaban en el museo Stedelijk de Amsterdam y que fueron restituidos a sus herederos en 2008.
También ayer, pero por la mañana, se celebró la segunda entrega de la venta de la colección de Alfred Taubman. La noche anterior, cuando se subastaron las piezas más interesantes, los resultados fueron mediocres, con una venta total de 377 millones de dólares, apenas por encima de la estimación inicial. Ayer se recaudaron otros 42,7 millones de dólares, lo que acerca a Sotheby’s al objetivo de los 500 millones para cubrir la garantía ofrecida a los herederos de Taubman para evitar que la subasta acabara en manos de su gran competidor, Christie’s. «Esperamos cubrir la garantía de Taubman por completo», dijo ayer un satisfecho Tad Smith, consejero delegado de la casa de subastas, que recordó que todavía quedan cientos de lotes -los menos valiosos- por salir a la venta.
Ante los temores de las últimas horas, Sotheby’s sacó pecho ayer por la noche para recordar que en 24 horas había subastado obras de impresionismo y moderno por 575,8 millones de dólares y que la compañía ya ha batido su récord anual de recaudación en esta categoría, con 1.670 millones de dólares en ventas. Pero las subastas de Christie’s de la semana que viene serán las que dicten si hay burbuja o si sigue la fiesta.
