Según la corriente liberal, el derecho a la vida es un derecho negativo. Protege a la persona de toda interferencia respecto de terceros, no pudiendo dar muerte, a un ser humano, otro individuo. Sin embargo, existe un vacío si dejamos este tema hasta aquí.
Si bien se protege la vida, también es factible que, frente a la imposibilidad de cometer un homicidio, a un infante, por ejemplo, se le deje morir de hambre. Es decir, nadie está obligado a auxiliar otra vida, en tanto no se le mate, por vía directa. Argumento que no toma una consideración moral al respecto, pues en la ley positiva no concurre el elemento moral y mucho menos medidas coercitivas para tal fin. Peter Singer, sin duda, aprobaría tal medida.
Todo ello bajo el "principio de no agresión", donde lo que no se permite es el uso de la fuerza contra otro individuo. Es un derecho garantizado el que nadie puede ser agredido. Pero el problema deviene en que un sujeto agredido no puede exigir asistencia o ayuda (omisión o evicción) de terceros.
Frente a ello los abortistas resuelven que el nonato salga del vientre materno vivo y a continuación niegan la debida asistencia, con el fin de dejar morir a un inocente ser humano. Se trataría, ya no de una muerte activa, sino por evicción.
Dicho en términos simples: como el nasciturus requiere de esa unión dentro del vientre materno, la solución para "desconectarlo" (así como para un paciente inconsciente es la máquina respiratoria) es sacarlo del vientre materno, pues la mujer no está obligada a prestar su cuerpo para que se aloje y posteriormente no prestar auxilio o asistencia. Esto constituye una acción pasiva, no hay desmembramiento, succión, etc.
Llevado este tema al campo de los padres, conforme a la tesis, éstos no estarían obligados a asistir al hijo y es permitido abandonarlos ¿Resulta lógico?
El argumento es débil. El embrión no es un "agresor" que se ha “conectado” a la madre sin que ésta lo sepa. Por norma general un acto sexual consentido tendrá, basándonos en ciertas predicciones biológicas (días, fecha de ovulación, etc.), como un posible resultado el embarazo, por tanto son el hombre y la mujer quienes han "conectado" a un nonato a la madre, ambos tienen igual grado de responsabilidad. Luego, la asistencia dada a un recién nacido no es una elección sino un deber de los progenitores. Aunque no lo quieran, esa no es causal de eximente de responsabilidad.
Existe una responsabilidad parental ineludible. Todo acto sexual consentido sabe de las probabilidades de la existencia de una nueva vida humana y que el nonato fue ubicado en la situación de vulnerabilidad y dependencia, por parte de ellos. Pretender, mediante aborto, llamémosle por evicción, quirúrgico o químico, dar muerte a lo que “no esperaban” es simplemente un acto criminal. No tratemos de alivianar las conciencias.
Andrea Balbontín Nesvara
Investigadora y activista provida
Chile
Twitter: andre_balnes
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