Cómo saber si su pareja le miente, identifique las señales

 
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Aunque creemos que nos comunicamos más de forma verbal que no verbal, es al contrario. Por eso, hacer un alto y observar qué dice el cuerpo del otro, puede ayudarnos a mejorar nuestras relaciones personales, sociales y laborales, con nuestros hijos y nuestras parejas.

Cómo saber si su pareja le miente, identifique las señales

Para ‘leer’ al otro hay que entender cómo las emociones y los pensamientos se plasman a través de las manifestaciones del cuerpo, en los ademanes, los gestos faciales, las posturas corporales. Los ojos, los pies y las manos hablan, al igual que la proxémica, (la proximidad que tengo con otro), y dejan mucho que desear los cambios abruptos de comportamiento, hasta las dilataciones de la pupila.

Son un sinfín de señales que hay detrás del lenguaje corporal, que junto a la comunicación verbal nos ayudan a la hora de interpretar y analizar las intenciones de una persona, sus creencias y pensamientos.

Felipe Riaño, con formación en Comunicación No verbal y Lenguaje Corporal, certificado por Paul Ekman, pionero en el estudio de las emociones y expresión facial, y asesor del Canal History Channel para el programa ‘Sugestiones’, nos dio las claves para interpretar al otro y especialmente a nuestra pareja. Aquí valen las frases: “Más rápido cae un mentiroso que un cojo” y “El cuerpo habla”.

Quien no dice una mentira
Quien diga que no es mentiroso, está mintiendo, dice este experto en detectar a magos de las coartadas.

Si bien no hay una diferencia entre la forma no verbal en que expresan las personas las mentiras según el género, lo que han comprobado estudios científicos es que la mujer tiende más a mentir por proteger a un tercero y el hombre lo hace en aras de enaltecerse a sí mismo, de fortalecer su ego.

La mentira proviene de la impronta evolutiva inconsciente, es propia del animal. Y para que entendamos mejor, Riaño cuenta una historia real: “Coco, una gorila a la que le enseñaban el lenguaje de señas, cuando llegó a la seña número cien le regalaron un gatito y el día que los entrenadores volvieron al recinto, vieron un charco en el lavamanos, que había sido arrancado de la pared, en el piso. Cuando los humanos le señalaron el lavamanos a Coco, esta bajó la cabeza y apuntó con su dedo hacia su nuevo compañero, el gatito”.

No durarán más de tres años
Uno de los errores comunes al leer al otro es aislar un gesto. Es común escuchar: “Me hizo estos ojos”. No hay que detenerse solo en una señal, dice este psico-hipno terapeuta internacional, “hay que leer todo el contexto, porque mientras la expresión facial dice algo, se puede estar contradiciendo con la postura o con la posición de las manos. Hay que observar si cada gesto es consecuente y coherente con lo que dice verbalmente.

Según estudios psicológicos, la típica mirada de desdén o de reojo, como si se estuviera mirando a otra persona mientras se conversa con otro, y como entrecerrando los ojos, deja entrever que esta pareja no durará más de tres años.

Estas miradas, acompañadas con expresiones de disgusto o de asco, donde el nivel de tensión del rostro se enfoca en el centro de los ojos, y la nariz empieza a arrugarse, son comunes en parejas con muchos conflictos, donde hay emociones tóxicas e, incluso, una relación destructiva. Identificar estas expresiones ayuda a reconocer qué siente el otro. Puede ser una señal de que las cosas no están funcionando y ambos deben trabajar para mejorar.

Señales positivas

En la fase que precede a la conquista se dan coqueteos no verbales hay mucho contacto visual. “Las pupilas están completamente dilatadas, porque hay mucha emoción positiva, cuando están contraídas sucede todo lo contrario”, explica Riaño. Si el contexto es un sitio público, como un bar, y hay una joven a quien se está mirando, empieza a echar su cabello hacia un lado y expone su cuello, su zona más vulnerable (donde está la arteria más importante), se toca su cuello, sus oídos, está coqueteando.

Rehén de emociones negativas

Dentro de las relaciones de pareja, nunca se está bien del todo, según Riaño, siempre habrá conflictos, pero no hay que ser rehén de las emociones negativas. Algún día vamos a experimentar rabia o tristeza. Lo importante es no ser rehenes del conflicto o de esas emociones y no plasmarlas destructivamente, oral o verbalmente. La coherencia es vital dentro de las parejas.

Sonrisas falsas

La sonrisa falsa o de Mona Lisa es cuando se sonríe con los ojos, y el músculo orbicularis oculi se contrae y forma las ‘patas de gallo’. Es una sonrisa de compromiso, no por gusto.

Labios en ‘u’ invertida

Si usted le pregunta algo a su pareja y empieza a dudar, a ladear la cabeza hacia abajo, piensa mucho y se le comienzan a desaparecer los labios, entre más se le desaparezcan, indica mayor nivel de estrés. Cuando los labios se tornan como una ‘U’ inversa, como el típico emoticón de tristeza, hay un estrés profundo. Si respira agitado, piensa mucho y responde con otra pregunta, está evadiendo, y puede ser señal de engaño.

Las miradas también mienten

Cuando el expresidente de Estados Unidos Bill Clinton fue interrogado por el gran jurado en el caso de escándalo sexual con Mónica Lewinsky, el expresidente responde tres y hasta cinco veces más tarde preguntas directas como: “¿Tuvo usted relaciones sexuales con Mónica Lewinsky?”. Cuando uno está seguro de que no hizo algo, responde de inmediato.

No es prueba contundente de mentira que la persona evada la mirada, el mentiroso tiende a fijarse más en el rostro del otro para convencerlo de su mentira. Y cuando la persona está inquieta, su mirada suele saltar de un lado al otro. Riaño asegura que su mentor del FBI decía que esa regla no se puede aplicar en los interrogatorios, depende de la cultura, de la crianza, del contexto familiar, escolar y traumas; cuando han sufrido abuso sicológico o violaciones, son personas retraídas, su mirada es fija.

Cejas arqueadas

Cuando se expresa felicidad, las cejas están arqueadas, es un gesto ascendente de comunicación no verbal que se relaciona con emociones positivas.

Cuando se contraen y van al entrecejo, hay mayor emoción negativa, tensión, rabia. En caso de tristeza tienden a elevarse sutilmente y se contraen un poco, en el músculo frontalis se da algo de tensión. Cerrar los ojos, fruncir el entrecejo, contraer los músculos de la cara, son señales de malestar y descontento. Si el otro sonríe pero no arquea las cejas, esta falta de congruencia nos dice que quizás no está tan feliz de vernos. Si sonríe sin mostrar los dientes, subiendo solo las comisuras de los labios donde se notan más los pómulos, pero las cejas no están arqueadas, es un gesto de hipocresía.

Los pies hablan de la atención

A través de los pies puede reconocer si una persona tiene toda su atención puesta en usted. Si está con su pareja y le hace una pregunta y esta desvía sus pies y su cuerpo mientras lo mira, solo trata de convencerlo de lo que dice y de que le está poniendo atención, pero su cuerpo intenta huir.

Aunque las mujeres tienden a sentarse con las piernas cruzadas como signo de feminidad, si una mujer está sentada normalmente, pero se le hace una pregunta estímulo y se cruza de piernas y la punta de los pies o del zapato no apunta hacia usted sino a otra dirección, es señal de huida. Cuando se encuentre con alguien, aunque este se detenga, si las puntas de sus pies van hacia la dirección donde iba caminando y no hacia usted, es que quiere huir.

En una negociación es igual, si el otro tiene la punta de los pies en otra dirección distinta a usted es porque está perdiendo la atención en el tema. Si la persona está sentada con las piernas abiertas y las cruza, al igual que los brazos, cuando le preguntan algo, se está cerrando. Si se cubre su parte íntima, se está protegiendo de una pregunta que le generó malestar.

Detectores de mentiras

Responder con otra pregunta. La CÍA recomienda que haya alrededor de tres a cuatro signos de estímulos verbales y no verbales antes de diagnosticar una mentira. Si usted le pregunta a su pareja “¿Estuviste con tal mujer?” y este se demora un poco más en responder, y se toma su tiempo con contrapreguntas o frases evasivas, hay dos signos que dejan entrever que está ocultando algo. También cabe la posibilidad de que esté fraguando una sorpresa, pero con sus preguntas se puso nervioso y usted está confundiendo el nerviosismo con una mentira. Es importante leer otras señales, no solo una.

Pensar mucho. Uno de los tips esenciales que se da en la Cía y el FBI, es que una persona piensa diez veces más rápido de lo que habla, entonces según estudios de sicología está mintiendo si se toma alrededor de 3 segundos para responder, porque por la mente de esa persona pasaron 30 segundos para dar una respuesta. Y si repite la pregunta, para ganar tiempo, existe la posibilidad de que diga una mentira, la puede estar fabricando. Influye mucho la forma como mire a su pareja cuando la indague y cómo esté la postura corporal, eso despertará en el otro malestar y hará que se cierre sicológicamente.

El tartamudeo. Si le dice a su pareja “¿Dónde estuviste ayer? Me comentaron que con tal persona”, y esta se inclina hacia atrás, cruza sus brazos y empieza

a tartamudear, son tres signos de que la persona oculta algo. El tartamudeo es una de las señales paraverbales, entre las que está el cambio en el tono de la voz y del ritmo (cuando la persona que habla muy rápido pero ante la presión empieza a hablar lento).

Señales corporales infalibles

Gestos apaciguadores.
Cuando una persona se frota mucho las piernas con las palmas de las manos, se acicala las manos unas con otras, sus pupilas se dilatan para tener más información, su respiración cambia y se distancia del lugar ante preguntas como: ’¿Por qué lo despidieron del último trabajo?’ y comienza a tener todas las acciones intuitivas: atacar, paralizar o huir. Si pasa lo anterior o la persona se distancia de la mesa y se apoya más en la silla, hay probabilidad de que lo que le estén diciendo sea una mentira. Según la regla de la CIA, si ante una pregunta X la persona se reacomoda en su silla es porque le generó incomodidad.

Rascarse la nariz o efecto Pinocho.
Un estudio de la Universidad de Granada comprobó que el cuerpo humano segrega unas hormonas cuando está muy nervioso frente a una situación, las catecolaminas, producidas por las glándulas suprarrenales, que se van a lugares del rostro donde hay más abultamiento o acumulación de sangre, los lóbulos, la nariz y los pómulos. La hormona baja la temperatura y genera picazón y la persona inconscientemente empieza a rascarse en esas zonas.

Las muletillas.
Estas dan un espacio para pensar. En la mente, cada segundo significa diez veces más. Si pasaron 3 segundos para que respondieran y mientras responde se rasca la nariz, tiene a
un mentiroso enfrente.

Evasivas.
El mentiroso tiende a ser evasivo, a responder jabonosamente y a poner a su favor la situación. Si su novia le dice: “Yo sé que estuviste ayer con tu exnovia”, siempre volcará el tema hacia ella con respuestas como “cuando yo te pregunté por tu exnovio, no me dijiste nada”. En el paleoncéfalo están las conductas instintivas, entre ellas la más primitiva que es paralizarse, huir y atacar.

Patrones de victimización
Algunas personas tienden a manipular desde la lástima, con frases como: “Entonces el malo soy yo”. En las parejas se dan estos patrones sicológicos, que en sicoterapia se llaman la Triada de Karpman. Stephen Karpman decía que hay personas muy victimarias, muy víctimas, muy vengadoras y muy sanadoras. Hay víctimas desde lo real, como alguien a quien acaban de atacar o que es perseguido por su raza y orientación sexual, y víctimas desde lo sicológico, cuando
dicen cosas como: “Es que yo soy lo peor”, “usted siempre me ve lo negativo”.

Cuando alguien está diciendo la verdad y es cuestionado, muestra más signos de rabia que de nerviosismo.

60 % al 66 % comprende el lenguaje corporal en la comunicación diaria.

El 70 % y 80 % del éxito en las negociaciones no depende de lo verbal, sino de lo corporal, dicen estudios de Harvard.
Una mujer es un 43 % más sensible y perceptiva al interpretar lo que dice el otro.


Fuente: www.elpais.com.co
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