24 marzo 2024
- Para angustia de algunos, la soledad de otros y alegría serena y hasta explosivo de otros … por fin es domingo … por mucho que para casi todos solo sea, felizmente, un día más o un día menos según como otros más pragmáticos lo quieran contar.
- Lo importante, seguramente, y ahí es donde me quiero instalar hoy, debería ser no perder la tradición, las costumbres, los viejos gestos, hoy es domingo, bienvenido día, gracias por venir.
- Pero hoy, siendo un muy cristiano Domingo de Ramos, me viene a mi memoria aquellos madrugones de mi infancia para prepararme y vestirme adecuadamente para tan ilustre día como el de hoy en el que debíamos ir a bendecir la Palma que como marcaba la tradición, le regalaban los padrinos a los niños que los teníamos a la vista mientras estos (los padrinos), aún era jóvenes.
- En el acto de la bendición había que hacer todo el ruido del mundo dando golpes con la palma (el tronco), en el suelo hasta convertirla en una escoba ya que si así lo hacías es que habrías recibido al Señor con la mayor de las alegrías aunque te quedasen las manos para meterlas en aceite y sal para recuperar las rasgaduras de la piel y así poder venderlas como salazón fresco.
- Luego, al llegar a casa, la maltratada palma debía ser colgada con alambres o cuerdas (de ello se encargaba la abuela), a la barandilla del balcón para que la casa quedase, si no protegida a perpetuidad, al menos sí lo estuviera hasta el año siguiente en que habría que sustituirla por la del año en curso.
- Aquellas cosas que hacíamos, que hoy nos parecen absolutamente absurdas, impropias e imposibles de practicar para la mayoría hoy en día, eran nuestras costumbres y no era esta sola, había muchas para poder recordar, igual que los niños de hoy se acordarán de las que hoy suelen practicar aunque ahora mismo no recuerde ninguna que no sea el vestirse de huertanos para las Fiestas de Primavera como es el caso de mis murcianicos, o como es el honroso caso de la bula colectiva para poder comer carne que el Obispo de Valencia publicó en las hojas parroquiales de la Valencia Fallera para que la Fiesta no decayera. A mí se me caían las lágrimas cuando lo leí, todo un detalle del Obispado en favor del pueblo que aún y muy devoto, necesita pecar en cuaresma con los churrascos de las paellas y barbacoas carnívoras que son tan imprescindibles para la salud mental de los feligreses en esas fechas.
- Como escribió Cortázar, "hasta lo inesperado acaba en costumbre cuando se ha aprendido a soportar".
- N: algunas de las parrafadas aquí escritas no deben tomarse totalmente en serio, lo cual es propio (según mi querida y valenciana neurólogoa), de los desvaríos de mi ya avanzada "cierta edad". Mil disculpas a quien haya podido ofender con esta publicación pues no era mi intención hacerlo en absoluto.
@etarragó
Fuente: etarragof.blogspot.com