29 abril 2023
- Analizaba la situación de cuando uno deja de ser niño, cuando se le llama joven, cuando se convierte en viejo y cuando empieza a ser una carga para todo el mundo que le rodea, especialmente porque no deja de hablar con todo aquel que se le acerca de algo que a nadie interesa aunque debiera (debiera interesarle a todo el mundo aunque fuera, tan solo, por su experiencia).
- Bueno, definirlo no es nada fácil pues es asunto poco objetivo, quiero decir que cada cual tendrá su opinión, que, seguramente, será modificada desde el punto de vista que da tener una, otra o aquella edad, pero yo voy a dar la mía, ahora que no me oye ni ve casi nadie.
- Uno deja de ser niño cuando pierde la felicidad eterna con la que nació y creyó que lo era (eterna).
- Considero que son jóvenes los menores de 60 (problema existencial; multitud de responsabilidades; las ideas a la basura; descubre la corrupción generalizada y falta de honestidad de los dirigentes de las distintas organizaciones sociales, políticas y culturales que son iconos de una perversa Sociedad Global; sueños en el congelador o, por contra, en el culmen de la realidad de su éxito, pero azotando, con su sumisión, esfuerzo y esclavismo para conseguirlo, el sistema cardiovascular).
- Después, los mayores, los que tienen más de 60 pero menos de 80 (problemas laborales; desprecio a su experiencia; ganas de jubilación anticipada; hasta los mismísimos del Jefe; empieza a parecerle el reguetón una verdadera danza de brujas endemoniadas y que los jóvenes solo saben empaparse en alcohol a costa de sus ancestros evitando todas sus responsabilidades a la hora de construir su futuro).
- Finalmente, los mayores de 80, esos que tienen la enorme suerte de ser vacunados los primeros cuando hay una pandemia (les importa todo lo que digan los demás una deyección pastosa de una vaca en prado verde; por fin pueden hacer lo que les da la gana sin tener que dar explicaciones a nadie aunque, eso sí, todos están preocupados por su salud, no sea que se ponga enfermo y haya que cuidarlo en casa del familiar más arraigado; esos ochenteros solo temen que se le vaya la olla o la cadera, y que con esa excusa sus hijos los encierren en una residencia de ancianos puteados, vendiendo previamente su casa en la que ha vivido toda la vida, para poder repartir "la herencia" y en negro, y con la pensión del "senil" ochentero pagar la PutiResidenciaParaAncianos; Papá o Mamá, según quien quede viudo, ¿qué puedes hacer tú tan solo en casa?, en la Residencia te pueden cuidar, nosotros no tenemos tiempo y ponerte una cuidadora tiene un coste que no podemos soportar).
- Los tres grupos, a mi edad (julio del 49), se definen de un modo más rápido:
Nietos
Hijos
Amigos
Hermanos mayores
- Pero la pregunta que me hago (una vez he llegado a este punto del texto), es como es posible que esté yo escribiendo sobre esto de una forma tan burda. Será que, aunque no sea mi caso, anoche y otras noches, mis amigos me contaban sus realidades aunque también es cierto que la mayoría de los que lo cuentan son parejas desestructuradas (infidelidades, separaciones traumáticas, segundas y terceras nupcias, etc).
- Pasaré de reflexionar como lo hacía Kafka cuando escribió que no sobrestimes lo que he escrito (además de ponerme colorado), pues de otro modo se me volvería inalcanzable lo que aún espero escribir y lo que haré será apuntarme a esbozar definiciones más cercanas, poéticas y también posibles, con lo que escribió el maestro Benedetti sobre el tema: "No hay viejos, solo nos llegó la tarde" ... y punto.
- Hay realidades donde todo esto no sucede, pero, como las noticias de los telediarios, solo se deja oír lo que es noticia delirante y poco ejemplarizante y que, como en este caso sucede, no es ni será nunca noticia que un abuelo se deje abrazar y besar por sus nietos, mientras su hijo le pregunta, ¿te pongo otra Paulaner, Papá?
- Como diría mi amigo Michael, "sorry", quizás me haya pasado de las quince líneas, pero ... tenía que soltar esas lágrimas.
- Para quitar el posible mal sabor de estas lágrimas, voy a dejar aquí, otra vez, esa canción que me pirra, tanto para cantar como para bailar ... es una de mis diez: (arriba)
No me importa la luna
No me importan las estrellas
Eres luna y estrellas para mí
Eres sol y cielo para mí
Eres todo para mí
Todo lo que quiero tener
Sin fin
Fuente: etfreixes.blogspot.com
