18 noviembre 2022
– El año pasado, en la visita anual a La Fe de Valencia, me dijo mi santa neuróloga que se estaba estudiando y haciendo pruebas esperanzadoras con un medicamento (Losmapimod) para el tratamiento de la FSHD. El martes, tuve la revisión anual de este año y con ella mi penúltima decepción. Me informó en tono muy triste que las pruebas no dieron resultado favorable. Me quedé sin habla pues esta vez creí que encontrarían la tecla salvadora.
– Cuan Egoísta soy (pensé), nada de qué quejarme, el lunes era feliz sin saber nada de esas pruebas y pensé, también, en los muchos afectados por otros cientos de enfermedades raras que no tienen, tampoco, tratamiento alguno y que viven esperanzados en los resultados de una siempre utópica investigación salvadora y que de nada o de todo pueden (ellos) quejarse sin mayor trascendencia.
– El filósofo griego Aristóteles afirmaba que la esperanza es el sueño del hombre despierto, y yo o así quiero creerlo, debo estar y estoy más despierto que nunca. – Termino mi encuentro de hoy con una frase de Camus intentando con ello trasladar al teclado un mensaje vital, personal y global: «Donde no hay esperanza, debemos inventarla», y en eso estoy.
– La vida es bella, vivamos la que nos dejen vivir y hoy es un buen día para ello, es viernes y con su «nuit». No os lo perdáis.
Fuente: etf1949.wordpress.com