Si tu marido te pide prácticas sexuales inusuales, sé obediente y no te quejes.
Si él siente la necesidad de dormir, no le presiones o estimules la intimidad.
Si sugiere la unión, accede humildemente, teniendo siempre en cuenta que su satisfacción es más importante que la de una mujer.
Cuando alcance el momento culminante, un pequeño gemido por tu parte es suficiente para indicar cualquier goce que haya podido experimentar.