Elon Musk, el reconocido industrial y millonario, está afirmando, al igual que lo vienen haciendo alegremente algunos otros sagaces orates como él, con bastantes intereses comerciales involucrados en el asunto, que hay un 100% de probabilidades que la humanidad desaparezca del universo si no emigra y se instala lo más pronto posible en otros planetas, ayudando a multiplicar y a exacerbar, con este tipo de aseveraciones, los orígenes de las causales que están llevando a la Tierra a su acelerada destrucción, conjuntamente con la extinción masiva de sus ocupantes, reforzando, con este tipo de posiciones, egoístas e individualistas, que es en la inconsciencia humana donde se encuentra y se reproduce la erosión de los fundamentos de la vida en su conjunto, y no es en la falta de tiempo, la que aún posee suficientemente el planeta para poder evolucionar, conjuntamente con las especies que lo habitan, hasta unos altísimos niveles de inteligencia y convivencia cósmica, para que con ellas luego se les permita trascender al tiempo y al espacio, a los cuales estos gurúes del futuro aseguran conocer con exactitud quirúrgica, conduciendo, con sus erradas e interesadas visiones, a las indolentes sociedades hacia los abismos sociales e intelectuales, que hoy tienen al mundo al borde del precipicio existencial.
El que la especie humana, en general, no quiera ni pretenda modificar el comportamiento extractivista y consumista, sustentándose, hasta ahora, a través de unos modelos basados exclusivamente en unos sistemas capitalistas inmorales, salvajes, egoístas, sin límites e inconscientes, en cuanto que en ellos las pautas financieras individualistas son el fundamento principal, siendo precisamente estas condiciones extremas donde se haya la esencia de todos los problemas y males que surgen a granel por todos lados, manteniendo sine qua non un progreso descontrolado, sin tomar en consideración los desarrollos que tienen y requieren los demás procesos ecológicos, biológicos y naturales, en cuanto que en ellos es donde están involucrados todo lo que tenga que ver con las leyes de la naturaleza, postuladas, conocidas y estudiadas por la humanidad desde hace mucho tiempo, y si es que se quiere precisar desde cuándo, se podría asegurar que desde cuando los estoicos y los atomistas, en la Grecia antigua, los empezaron a pensar, a decir y a postular, sin embargo, aún hoy sigue siendo el centro del meollo que tiene al planeta a punto de colapsar, conduciendo con su locura a otras especies, a la gran mayoría, hacia la desaparición forzosa, y a algunas otras a trascender hacia condiciones que de ninguna otra manera hubieran podido alcanzar, siendo el caso específico de muchos microorganismos, como los virus y bacterias que actualmente están encontrando los sustratos y medios adecuados para su multiplicación exponencial, sin enemigos ni barreras naturales, que siempre antes habían tenido.
Esta situación irregular y peligrosa se asemeja a aquellos bosques y selvas donde unos cuantos árboles exóticos e invasores no los dejan ver al empezar a crecer y desarrollarse en sus bordes, ganándole poco a poco la pelea de supervivencia a las demás variedades, dejando sin espacio a muchas otras especies, vegetales y animales, más correlacionadas con el medio y el suelo donde siempre habían vivido, y en donde existían en directa relación simbiótica entre todas.