FUNDACIÓN DE LA MASONERÍA MODERNA
La masonería, desde el 24 de junio de 1717, y más aún, desde la redacción de su primera constitución de 1723, tomó un carácter totalmente distinto al de las asociaciones de los Obreros constructores; dando así origen a la moderna francmasonería.
Sin embargo, no son pocos los autores que afirman que, en su carácter sectario, como hoy se la conoce, ya existía en 1350, infiltrada en las corporaciones, después de la supresión de los templarios.
Afirman que se la nombra oficialmente en la constitución Redactada por los "maestros elegidos" del congreso de Colonia de 1535; que actuó en la secta de los socinianos del fin del siglo XVI, propalando, con teorías racionalistas y de libre pensamiento, la negación ce la divinidad de Cristo y de toda su doctrina; que aparece también en 1641 con los "Hermanos Bohemios"; y que fue anunciada en 1638, antes de su fundación explícita y definitiva de 1717, cuando los "masones aceptados", numerosos ya dentro de la logias, congregan la gran asamblea de Londres, imponiendo a sus adeptos el más riguroso secreto.
La masonería anterior al siglo XVIII se llama también operativa, constructiva o corporativa. Estaba integrada por los gremios de operarios, talladores, canteros y constructores auténticos, con infiltraciones póstumas de "masones aceptados".
La actual, en cambio, se llama masonería moderna, doctrinaria, filosófica o especulativa, y fue fundada formalmente con la constitución de 1723.