Ha habido dos notas que insertado acá que han salido SIN la fecha (Las últimas. “El ostión” y “Hay respuestas tan formidables, que maravillan”), miércoles 14/11/2018 y jueves 15/11/2018, respectivamente:
Esto por supuesto es tan solo un “remiendo”, que no me gusta. Pero está bien.
Sábado, 17 de noviembre de 2018.
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De acá en adelante voy a tomar la providencia de insertar la fecha en diferentes sitios, dentro de cada nota. No me gusta; pero “ni modo”.
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Punto aparte. Ayer, sábado, 17 de noviembre de 2018, obtuve un enorme volumen de datos respecto de esa gente, y lo que está recibiendo como “educación (.)”. ¡Qué barbaridad! ¡Válgame!
En fin, puede que eso me satisfaga, enormemente. Ni qué negarlo. Pero todo ello no me satisface respecto del conjunto de información que haya. No, lo que me molesta, ahí y en el conjunto, es que haya personas por las que sentimos respeto —en lo que respeto ES respeto— en las que vemos cómo cometen errores garrafales, y que persisten perniciosamente en ello, negándose dañinamente a aceptar que incurren en ello.
Eso es tan malo como el hecho de una de mis verdades: “Mis mejores consejeros son los libros, antiguos; especialmente los anteriores a 1991; y mejor los de imprimatur de mucho más allá — https://www.google.com.co/search?q=Conciliko+vaticano+segundo&ie=&oe=— ”. No de otra manera se puede pensar correctamente, en este mundo tan revuelto que nos han creado; la estructura está muy mezclada; muy liada, como para darse a la idea de seguir a estúpidos tan evidentes que lo único que pueden exhibir como mejor argumento de credibilidad es que “son profesores”.
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Bueno, en eso último están sucediendo por lo menos algunas cosas buenas, una buenas, y otras no tantas pero en las que vale —y mucho— el interés.
Y no digo más —además ya dije demasiado— , pues con todo ello ha sido más que suficiente.
Buen día.
Sábado, 17 de noviembre de 2018.
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