FILOSOFÍA
De la fisolófia se dice mucho, se habla de que es esto, aquello, allí, allá, que es “ser amigo o amar el saber” ¡Y qué se yo qué más parvadas de definiciones!
Llevo años “averiguando” qué hay DETRÁS DE TODO ESO —no sé, si hubiese estudiado fisolófia en alguna universidad (.), seguramente estaría peor porque los fisólofos que se licencian de esas cosas hoy día no parecen salir mucho mejor, que cuándo inicialmente me preguntaba por eso— , Y LA VERDAD NO HE OBTENIDO MUCHO; ni siquiera “observando” los discursos de las lumbreras/(los ilustrados…).
Pero, bueno, la cosa es en cuanto a mí en esto, ahora.
1º) Filos en el griego clásico no habla ni del filo de la navaja ni de estar muerto de hambre tiene dos acepciones, encontradas en todos los libros que hablan de ello:
1º.1) Filos: Amistad o “amor”. ¡Diablos! ¡Esto último me pone como Alf cuando le hablan de enamorados!
1º.2) La otra acepción es DE LA FAMILIA: Esta defunción, que pasa de los Griegos a los Romanos, y de allí por el latín al Italiano, es o define —más específicamente— hijo, siendo esto lo que más me viene, a mi entendimiento de lo que es la filosofía; hijo de (determinada) sabiduría, hijo de determinado saber.
2º) Partícula Sofía. Esta acepción del griego es diáfana en su sentido. Saber. Y no hay más que ahondar en ello.
Ahora adjuntamos las dos ideas en un solo concepto, y tenemos: “Hijo del saber”. Eso, en buen castellano, traduce ni más ni menos: “el filósofo —el de verdad— es hijo del saber, de lo que averígua”; en últimas: ¡De la verdad!
PSICOLOGÍA
Del viejo Seguismundo Frito decían, que eso era “El estudio de la personalidad”. Sin embargo si Ud. pregunta acerca de la persona y la personalidad, de seguro se va a encontrar un cúmulo enorme de definiciones distintas, incluso de labios de licenciados, de bajo hasta alto copete; y no es que les reproche por eso, un profesional de verdad está en la punta de lo que se sabe del campo en el que gradúa/licencia; desde el que tiene que con sus propios pico y pala deberá seguir abriendo camino.
Pero veamos qué sacamos de un análisis.
3º) Logía. Griego clásico para
3º.1) Estudio
3º.2) Discurso versado en
3º.3) Y área profesional sobre la que se versa.
4º) Y Psico o psique. Por los tiempos que el viejo Frito y sus colegas se devanaban los sesos para entender por qué las personas tenían temperamentos diferentes —“se calentaban/RABIABAN o eran calmas” en sus singularidades— , la mayor parte de las ideas primarias manejadas operaba bajo el concepto de “psicosomatismo (el espíritu individual de nuestro cuerpo)”. Es decir: todo se circunscribía dentro de “quién tomaba nuestras decisiones, adentro de nosotros”. Era más o menos como decir: ¿Quién es el yo interno que nos conduce, como el cochero que conduce “nuestro” carro?
4º.1) Por la antigüedad —hace muchísimo tiempo— ese “GENERADOR” de nuestras ideas era definido con un nombre bien conocido: “el genio (o “geniecillo”)”, que habitaba dentro de nuestra cabeza, mirando a través de nuestros ojos y, jalando palancas y barras y pisando pedales ahí arriba, nos decía lo que debíamos hacer, para dónde caminar y/o correr y demás; seguramente les decía a los Gladiadores cuándo y dónde descargar el golpe… A ese “geniecillo” también se le definió en tiempos más refinados como psique, o Psiquis más tarde; nuestro espíritu particular, decían los romanos más tarde.
Juntemos ahora las dos ideas. Tenemos: “Estudio de nuestro yo/(ego) particular, personal o/y singular”.
TEOLOGÍA
Ya tenemos la palabra logía centrada. Es suficiente.
Teo. O Teos. Es Dios y tampoco requiere mayores explicaciones al respecto.
Juntadas las dos ideas, tenemos “El estudio de Dios”, que, dependiendo del diablo o ángel que el PROFESIONAL lleve, desbordará su carácter para el lado que Ud. quiera.
Bien, pero en esto hay otro punto a tener en cuenta, el respeto (el verdadero), aspecto al que sabemos que hay mucho atarbán —algo tan ordinario y común hoy día— que le molesta hasta lo profundo de su infamia.
RESPETO
El respeto NO ES el miedo, como comúnmente se cree y dice.
El respeto es la atención al otro. Yo puedo respetar algo o alguien, y profundamente, y sin embargo no tenerle miedo, o puedo tenerle tanto respeto que, aunque quisiera responderle con decisión y capacidad de combate, este me impide hacerlo.
El respeto es la observación de la anuencia/ licencia “de algo” en la otra persona, que hace que nuestra atención se mantenga totalmente despierta a sí o a sus palabras o actos, cediéndole o ayudándole en su paso. Esto es un tema mucho más amplio, que no es ni parte de este tema ni de este momento.
