Cuando llegamos a un recinto que dice ser especializado para bodas nos fijamos en sus jardines, sus salones y en la amabilidad de sus trabajadores. Claro que estos aspectos son importantes para decidirnos por una boda; sin embargo, cuando nuestras decisiones son impulsivas y no revisamos debajo de la mesa podrían ocurrir ciertos problemas más adelante, como es el caso de que esta finca no tenga licencia y terminéis pagando los platos rotos.
Hay demasiadas fincas en Madrid por ejemplo, y esto provoca que saber cuáles son legales y cuáles no sea todo un desafío, aunque, el primer requisito que debes solicitarle a la finca es su licencia de hostelería, avalada por la municipalidad correspondiente, en este caso la de Madrid. Si ésta no ha de poseerla y éstos se adjudican el título de arrendadores de finca sin dudas podrías estar metiéndote en un grave inconveniente a posteriori.
El gran problema que causa celebrar bodas en fincas sin licencia para bodas es el incumplimiento de las normas mínimas requeridas para albergarlas. En primer lugar, si el recinto no posee licencia no está registrado y por ende nadie ha ido nunca a inspeccionar sus espacios, en cuanto a higiene, seguridad alimentaria, seguridad de infraestructura, condiciones laborales, instalación de gas y electricidad y además, el que no esté en Suelos Protegidos o espacios ecológicos. Esto puede provocar cualquier tipo de incidentes antes, durante o después de la celebración.
Si llega a ocasionarse cualquier inconveniente los dueños simplemente argumentarán que son arrendadores de una finca privada por lo que la responsabilidad le quedaría a los novios, un panorama que ninguna pareja de casados quiere toparse el día más especial de su vida.
Fuente: feide.es
