Los inversores suelen tener la mentalidad de rebaño. Le gustas a ellos si le gustas a otros inversores.
Bueno, y si un inversor te quiere solo cuando te quieren otros inversores, qué pasa cuando hablas con los primeros inversores? No te quiere nadie! Es como el catch-22 en el cual no podes conseguir un trabajo porque no tenés suficiente experiencia.
Efectivamente, estás empezando en un agujero y tenés que constrir tu propio camino de salida. Vas a tener que encontrar con muchos inversores y todo el tiempo escuchar cosas como “Me interesaría una vez que tengas más tracción” o “¿Quién más está invirtiendo?”
Si trabajas suficientemente duro, podrás encontrar algunos inversores que se copan lo suficiente con vos y con tu idea que no van a tener miedo a que vos no tenés ningún inversor todavía. Entonces, cuando tengas algunos inversores, la mentalidad de rebaño ya va a ser algo que te ayuda y no algo que te perjudica. La busqueda de inversión es un proceso lento y duro hasta que se vuelve rápido y fácil.
Pero trabajar para convencer a los primeros inversores es algo que puede ser muy desalentador. Es una rutina. (Hay algunos inversores realmente buenos que no son así, pero el inversor promedio es un animal de rebaño.)
Los inversores también van a postergar. Si les dejas hacer la propia, van a seguir demorando. Para ellos no hay ningún inconveniente en demorar, mientras que la demora te va a matar, porque mietras que vos estás recaudando fondos tu empresa se detendrá.
Me resulta chocante el número de las startups exitosas que tenían dificultades en recaudar fondos al principio. Si querés un consejo acerca de los inversores, es que tenés que crear algún tipo de situación de competencia.
Te voy a dar lo que siempre quedó grabado en mi mente como el ejemplo más sorprendente de esto: uno de los fundadores de una de nuestras startups más exitosas tenia una larga relación con un VC (venture capitalist). Cuando el fundador empezó la empresa y entró al YC, el VC se mantuvo en contacto a lo largo de los 3 meses, mientras que en realidad no hacia nada excepto observarlo con benevolencia. El VC asistió al Demo Day, pero no invertió. Después de unos meses, la startup recebió un termsheet de un VC prestigioso. Cuando el primer VC se enteró, tuvo un ataque de panica. Le envió por fax al fundador una termsheet de su empresa con la valoración vacía y dijo: “Poné cualquier valoración que te parece bien y nosotros vamos a invertir”
Hay cosas peores que demorar que los inversores pueden hacer. A veces dicen que sí y luego cambian de opinión. No es un acuerdo hasta que el dinero está en el banco. Hemos visto algunos fundadores que aprendieron esto de la manera dura.
Les podría contar muchas historias para asustarles, pero recuerden que la recaudación de fondos es un garrón.
(Extracto de ¨What Goes Wrong¨ by Jessica Livingston )
Fuente: andreivazhnov.net