Aceptó morir por un cáncer para salvar la vida de su bebé

 
Related

"Los pequeños con discapacidad no deberían nacer, solo son un estorbo" indico funcionaria de México

El Hombre Social
1876 points

¿Qué tienen los pobres en la cabeza?

El Hombre Social
1078 points



Most recent

Pure Storage nombra a Joao Silva como vicepresidente para Europa, Medio Oriente, África y América La

Patricia Amaya Comunicaciones
16 points

Sophos se asocia con Tenable para lanzar el nuevo Servicio de Gestión de Riesgos Administrados

Prensa
20 points

cCommerce: La nueva tendencia de venta para los eCommerce

Tecnologia
12 points

En agosto nos vemos.

Pablo Emilio Obando Acosta
18 points

Smile.CX PRO revolucionará el mercado del Customer Experience en Colombia

Tecnologia
14 points

¿Cómo y en qué casos puedes contratar a un detective privado?

MaríaGeek
16 points

Tecnologías destacadas de los cruceros Costa Smeralda

MaríaGeek
12 points

Experiencia sensorial total en Ethernal Fest: música, gastronomía y tecnología

Comunicaciones
26 points

¡Datos sin miedo al frío ni al calor! Kingston presenta SSD todoterreno para ambientes extremos

Prensa
16 points

Teatrikando Por BENJAMIN BERNAL Hay que hacer una encuesta, mejorar la cartelera

Benjamin Bernal
10 points
SHARE
TWEET
Dar la vida por un hijo. Literal y conscientemente. Ese fue el reto que aceptó Elizabeth Joice, una neoyorquina de 36 años que sufría un severo cáncer, y que voluntariamente decidió no tratarse para preservar la vida de la beba que llevaba en su vientre, aún sabiendo que se estaba firmando una sentencia de muerte.



Aceptó morir por un cáncer para salvar la vida de su bebé

La conmovedora historia se dio a conocer en estos días, pero arranca en 2008, cuando Elizabeth conoció a Max y se enamoraron perdidamente. Después de dos años de estar en pareja, a Elizabeth le diagnosticaron un tumor bastante difícil, en lo que a priori parecía una hernia de disco. El mismo día que los doctores le dieron la mala noticia, Elizabeth le propuso a su novio que viajen alrededor del mundo sin preocuparse hasta que fuera su hora. "No vas a rendirte sin luchar", le respondió él, y sacó de su bolsillo un anillo de compromiso. Al mes estaban casados.

Allí comenzó su tratamiento para recuperarse. Los doctores le dijeron que estaba mejor, pero que una de las consecuencias del proceso sería que nunca podría tener hijos. Pero Elizabeth quedó embarazada, y al mismo tiempo que recibió esa buena noticia, le llegó otra mala: el tumor había regresado. A pesar de que lograron extirparlo, Elizabeth no podía someterse a rayos ni a los controles de resonancia magnética que requería el tratamiento de su enfermedad si quería preservar la salud de su bebé. Y a pesar de eso, ella decidió continuar con su embarazo.

En enero, a los siete meses de embarazo, Lily Anne Joice nació con una cesárea anticipada, pero perfecta de salud. Sin embargo, el cáncer de Elizabeth ya se había expandido a los pulmones, al abdomen y al corazón. Los tres miembros de la familia pudieron volver a casa y pasaron un par de noches juntos. "Fue como una película. Nos sentamos allí y lloramos, nos contamos nuestras historias, hablamos de cosas importantes. Nos dijimos adiós", recordó Max en una entrevista con un diario neoyorquino. El 9 de marzo, desúés de haber disfrutado por dos meses a la familia por la que dio la vida, Elizabeth falleció en la cama del hospital. Con ella estaba su marido.

"Liz tenía esa forma de ser, una energía positiva que hacía que quieras sacar la mejor versión de vos mismo. Y era intolerante a la autocompasión", la recuerda Max. Pero ellos no están solos. Algunos amigos de la pareja comenzaron a juntar fondos para la familia, y en los próximos meses, saldrá un documental titulado 40 semanas, que recorrió el duro embarazo de Elizabeth y la historia de amor de ambos. "La magia de Liz quedó toda en Lily. Es hermosa, y cuando la veo me da la fuerza para seguir adelante", se sonríe Max.

Fuente: movil.clarin.com
SHARE
TWEET
To comment you must log in with your account or sign up!
Featured content