Brooke Greenberg, la bebé nacida en 1993 cuyo crecimiento se detuvo a los dos años falleció en las últimas horas, con 20 años cumplidos.
Afectada por un trastorno genético muy inusual al que se dio el nombre de Sindrome X, Brooke vivía junto a sus padres y hermanas (era la más chica de tres mujeres) y hasta su muerte usó pañales, no habló y se comportó como una nena de dos años.
Para los médicos que la trataron, el estudio de su caso podría abrir las puertas a claves relacionadas con el envejecimiento y aún con la muerte, según expresaron al dar la noticia de su deceso.
Brooke había nacido el 8 de enero de 1993 después de 36 semanas de gestación. Al momento de nacer pesaba 1,84 kilos y de no ser por una dislocación de cadera que obligó a que fuera operada a poco de nacer, sus primeros días de vida fueron completamente normales.
Hasta cumplir un año de vida Brooke fue una nena normal, pero más tarde sus padres descubrieron que no crecía. Su crecimiento se detuvo a los dos años y aunque se intentaron terapias con hormonas de crecimiento, en su caso no dieron resultado. Los genetistas no encontraron anormalidades en sus cromosomas ni descubrieron cuál fue la razón que detuvo su crecimiento a tan temprana edad.
Mientras tanto y aunque no crecía, el físico de Brooke se iba deteriorando. Entre los muchos problemas que debió enfrentar la niña se contaron úlceras estomacales, derrames cerebrales, dificultades respiratorias y hasta un tumor. Una vez, incluso, y de manera inexplicable para sus médicos, durmió por espacio de dos semanas.
Con la muerte de Brooke no termina el trabajo de los científicos que esperan lograr descifrar la extraña mutación genética que afectó a la niña. Una mutación que se produce en un nacimiento de cada 6.700 millones.
Fuente: www.eldia.com.ar