Soy miembro de Acción Católica y tuve la bendición de estar en Plaza de Mayo desde anoche hasta hoy cuando terminó la transmisión de la Misa de inauguración del Pontificado del Papa Francisco I.
Qué decir... o por dónde empezar? Que fue emocionante! Cuando llegamos a Plaza de Mayo, con un grupo de amigos, y hasta las 4, pasaron grupos de música católica que estuvieron cantando sus temas.
Mientras tanto uno podía ingresar a la Catedral así que con amigas fuimos; como estaban por iniciar el rezo del Santo Rosario nos quedamos. En un costado de la Catedral además, afuera, se bautizaba, así que hasta el número q me enteré, ya había 15 miembros nuevos en nuestra Iglesia!
Cuánta gente? Incontable... pero la plaza estaba repleta y con el abanico de edades bien abierto.
En un momento pidieron que hagamos silencio porque el Papa estaba en el teléfono!!!!! Así como lo cuento, se comunicó con uno de los organizadore y pudieron transmitir amplificando lo q decía. Lágrimas de emoción teníamos todos y caras de asombro, de felicidad, de sentirnos orgullosos del Papa Francisco. Qué dijo? Que nos cuidemos entre nosotros, q no haya odio ni discordias.Y terminó pidiendo q recemos por él. La piel de gallina de ese momento en escucharle la voz, tan calmo, tan sereno, a 45min de que se inicie la misa, fue más que gratificante.
Los gritos de "viva la Iglesia", "viva el Papa", "viva Cristo" se sucedieron en la noche. Y todos los gritábamos con énfasis y alegría. Nos pasaron videos de homilías en las que hacía hincapié en el rezar por los esclavos actuales (por ej, de los talleres clandestinos), o por las víctimas/familiares de Once, de Cromagnon, de los cartoneros... repito: siempre enfocando en las problemáticas sociales q hay en nuestro país y no debemos dejar de rezar por ellos.
Dijo Monseñor Aguer en la homilía del domingo: no está mal tener una reina, jugadores de fútbol y ahora un Papa, pero no nos olvidemos de construir un país mejor. Y el Papa destacó eso: construir un país mejor sin olvidarnos de los q menos tienen, tanto en lo material como en lo espiritual.
A mis 26 años, vivo esto orgullosa de que un compatriota sea Papa. Y es una bendición todo esto que vengo viviendo.
Más felicidad no puedo tener.