El texto fue escrito en 1789 para Sièyes, uno de los teóricos de la Revolución Francesa. El eje vertebrador protagonista intencionado del texto resulta el Tercer Estado, muy dañado a finales del siglo diecisiete, según el propio redactado, que explica a grandes rasgos el estado plano que padecía este mismo orden político, representativo de los ciudadanos, violado de sus propios derechos, teniendo a merced de ello, y de estos parlamentarios, tres peticiones de carácter organizativo para mejorar la acción de la defensa ciudadana.
Infiriendo en el documento encontramos que, éste, proviene de una fuente primaria ya que en la datación misma tenemos presente la autoría del artículo y el año en que fue compuesto (Sièyes, 1789) por lo tanto, sin lugar a dudas , sabemos que la composición mencionada no ha sido objeto de opinión de segundo grado menos en el momento original cuando fue publicada; hasta podríamos estar hablando, perfectamente, de un certificado original, aunque, sin embargo, no lo sabemos, a ciencia cierta, en este propio caso que nos ocupa. La naturaleza del texto, así mismo y lógicamente, es política, ya que la temática del texto habla propiamente de políticas, hojas de ruta a proseguir en materia procesal por el futuro de los ciudadanos en ese momento.
En cuanto al texto, hay una relación directa con respecto a los sucesos descritos, a modo de resumen, anteriormente en el primer párrafo. La Revolución Francesa (1788-1799) cortejo de sucesos revolucionarios que tuvieron lugar en un tiempo verdaderamente breve y que proporcionaron / otorgaron, mediante la mencionada, poder a la burguesía y desplazaron a la aristocracia de una manera ciertamente radical, tuvo un gran protagonismo en la creación del Tercer Estado teniendo en cuenta que el monarca, los clérigos y la nobleza, los que abrazaban el poder más importante, el económico "ejecutivo", también cogían las riendas de los otros dos poderes, el legislativo y el judicial, dejando así, excluidos de intervención política, jurídica y / o social, a cualquiera que no obtenga de una situación económicamente privilegiada. Lo que, en la mayoría de la población, que provenía de col • lectivos y familias humildes les parecía algo inmoral y il • legítimo ya que los concernía directamente a ellos las decisiones que acababan tomando aquéllos. El status quo destacado se relacionaba, a la vez, con la gran crisis social, económica y política que era existente en el inicio del presente período, lo que hacía complicada, aún más, el entendimiento entre los órganos politizados y los que lo querían serlo, pero, de manera efectiva, entrando así en una convulsión ciudadana.
En un fragmento del impreso, para mí lo más relevante, "Primera petición: Que los representantes del Tercer Estado no sean elegidos más que por ciudadanos que pertenecen verdaderamente al Tercer Estado ..." y nos los otros dos puntos restantes podemos apreciar que en ese preciso momento el monarca jugaba al juego sucio, sin respetar las reglas, las normas tácitas de la democracia que en ese momento no eran escritas.
El Tercer Estado tuvo consecuencias positivas para la burguesía con seiscientos diputados que igualaban a los diputados del entorno de los privilegiados; se ponía en juego la destrucción del Antiguo Régimen. El día veinte de junio en un local improvisado llamada sala del juego de pelota se erigieron solemnemente, los diputados y también algún miembro del clero y la nobleza que se confeccionan a última hora, a dar una constitución de monarquía parlamentaria en Francia por borrar los restos del feudalismo vigentes todavía.
