( ... ) El mundo y la propia existencia es ya de por si una desfachatez. Por eso la noticia de que una señorita anónima invoque en una red social su fobia por no engordar y lo cuente me llama la atención porque tiene castigo: El cierre de ese altavoz. Según las normas, es hacer apología de la anorexia. No tengo ni idea de cuantas personas seguían sus dictados sus palabras y tampoco cuantas han sido aducidas. Porque entre otras cosas hay cientos de chicas como ella exponiendo su razones para no comer o hacerlo de una forma no convencional.Claro que algo tendrían que decir las empresas textiles, las de alimentación, las de publicidad etc sobre sus maneras de vender el producto. Que por otra parte en la mayoría de los casos roza lo obsceno y en todos, también lo legal. Y es que en los equipos de campaña no están presentes los psicólogos, ni tampoco los nutricionistas para valorar las consecuencias.
Fuente: imanolgomez.blogspot.com.es