Los Pibes Trujillo se conoce que nacieron en Quito y fueron 3 niños bautizados con los nombres de Juan Ernesto (primera voz, 1951), Luis Enrique (segunda voz, 1950) y Marco Oswaldo (primera voz, 1949), pero este último murió en 1979.
Flavio Trujillo e Inés Echanique fueron los padres de los hermanos Trujillo Echanique, cuyas presentaciones iniciales ocurrieron en planteles y radios capitalinos y también en la emisora El Prado de Riobamba. El nombre artístico del grupo lo heredaron del primero que formó su padre con un familiar.
En 1961 grabaron villancicos ecuatorianos, especialmente los del compositor lojano Salvador Bustamante Celi, que se convirtieron en una novedad de producción y obligaron al sello Ónix a editarlos en un disco de larga duración (LP).
Todo comenzó cuando se le encargo el proyecto musical al gran maestro Segundo Bautista, fundador de los Montalvinos, cantante, compositor, arreglista y muy talentoso en la ejecución de varios instrumentos como el piano, el órgano, el acordeón, la guitarra y el requinto todo a pesar de ser invidente de nacimiento que no le afecto para nada para ser considerado uno de los mejores músicos que ha dado el continente Americano; primeramente el proyecto era que el maestro les hiciera grabar pasillos Ecuatorianos, pero al oír las voces de los niños le gusto como lo hacian en forma de coro y así tuvo la genial idea de grabar con ellos unos villancicos populares que los entonaban las familias del Ecuador.
Por la belleza de los textos, la dulzura de las voces de los jóvenes cantantes y el acompañamiento y arreglos musicales de Segundo Bautista, (órgano, piano y acordeón), Sergio Bedoya (guitarra), Rosalino Quintero (requinto) y Carlos Silva Pareja (bajo), la empresa Fediscos-J. D. Feraud Guzmán de Guayaquil marcó una época con la grabación.
Esta última afirmación no es exagerada, porque mientras usted camina durante el día por el centro de la ciudad en estos agitados días o en la quietud de noche recorre su barrio o ciudadela, seguramente ha escuchado los animados versos y contagiantes compases de Dulce Jesús mío, Claveles y rosas, Ya viene el Niñito, No sé, Niño hermoso, etcétera, que son ontológicos villancicos grabados hace ya más de medio siglo por los famosos Pibes Trujillo.
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