n el país donde los eufemismos son patológicamente compulsivos, Colombia, existe una tendencia política y social en la que sus integrantes se autodenomina nuevos liberales, aunque estén inmersos en ideas retrogradas, impulsivamente conservadoras, haciéndose llamar centrados y neutrales frente a unos extremos más inicuos y mordaces, representantes de las violencias más repulsivas y tenaces, pretendiendo ocultar lo que sacan a relucir en cuanto les corresponde actuar enfrentando a sus fantasmas personales, únicos capaces de restregarles sus falacias.