JUNIO 3, 2023~ ÚRSULA G. ROMERO
«Lo bello de un poema
no es lo mismo
que lo bello en un ser humano
o lo bello de un paisaje.
Y, sin embargo,
tienen algo en común»
[Sixto Castro]
Recientemente he leído un ensayo de ontología estética que, además de gustarme, me ha hecho pensar y también me ha dado ideas más que suficientes para compartir esta u otras entradas.
No pretendo hablar hoy aquí de ese tipo de belleza-obsesión y obsesiva por transformar el cuerpo, tan en boga hoy en día. Quizás en otra ocasión.
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¿Se puede acaso definir la belleza?
La filosofía lleva milenios estudiándola. Los griegos se ocuparon ya de ella. Plotino, que posiblemente supo combinar lo mejor de Platón y de Aristóteles, dijo que «la belleza surge de un encuentro entre quien contempla y lo contemplado».
Y en este contexto cabría aplicar también las palabras de San Agustín cuando, refiriéndose al tiempo, dijo: Si nadie me lo pregunta, lo sé. Pero si quisiera explicarlo, no sabría cómo hacerlo.
Para el filósofo José María Herrera, «La belleza es eso difícilmente definible que hace que cualquier cosa resplandezca llena de sentido, pues todo lo bello implica cierta plenitud»
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Hace algún tiempo leí que el cerebro coordina nuestros ojos y oídos de forma simultánea. Ellos son los artífices de que podamos saborear y apreciar la música, un paisaje, un objeto, un rostro, unas manos o un gesto. Sabemos que la belleza puede ser subjetiva, pero también hay bellezas indiscutibles que nos sobrecogen y hasta nos alivian, por eso sucumbimos ante ellas. A veces nos sucede observando la naturaleza o puede tratarse de un animal, de las cualidades de un ser humano e incluso de ideas y de palabras. Son tantas y tantas cosas que sería imposible enumerarlas.
Risa y belleza
representan siempre
el contrapunto a la desesperación
[Sixto Castro]
De ahí la necesidad de buscar la belleza en un mundo como el actual donde la crispación, la ansiedad, nuestro consumismo, las estructuras de poder y la cultura del derroche en la que estamos instalados son algunas de las causas del actual deterioro medioambiental y las crisis que lo acompañan.
Apreciar la belleza de nuestro planeta puede se vital para entender, de una vez por todas, que la pérdida de la biodiversidad (extinción de animales o tala de bosques), la contaminación y la sobreexplotación de los recursos naturales destruyen la creación y provocan pobreza, enfermedades, hambre y sed que sufren, sobre todo, los más vulnerables.
©Úrsula G. Romero
Fuente: blogdeursula.wordpress.com
