Las muertes de los seres vivos son fases anteriores a las transformaciones de los cuerpos en masas transitorias hacia putrefacciones, dándole precisamente posibilidades a las almas para alcanzar a ingresar a otras dimensiones, que aunque sean poco conocidas son espacios existentes entre unas cavidades que posee el tiempo mientras se demora en descomponer nuevamente en átomos la materia, volviéndola energía para que se recicle y distribuya, prestando servicios en otros estados universales, de allí que no tenga sentido sufrir pena o dolor por un proceso natural, al cual no hemos podido ni querido comprender para aceptar su proceder.