Como bien dice el dicho, a buen entendedor, pocas expresiones bastan. Y con esto charlamos a la creencia habitual de que el semejante a una nutrición sana y balanceada está en la pluralidad de los alimentos. Es el clásico “comer de todo”.
Por lo general, esa pluralidad se usa como explicación para entrar alimentos que distan bastante de ser opciones saludables. Hay que tener en consideración que además de las grasas trans y del contenido elevado en azúcares, hay multitud de añadidos que también resultan perjudiciales para nuestra salud. Como, por servirnos de un ejemplo, los conservantes y estabilizantes o el de a poco más habitual, maximizador del gusto.
En el momento en que se dice que una nutrición debe ser diferente se se refiere a los alimentos que son saludables. O sea, frutas y verduras, cereales preferiblemente integrales, legumbres, pescado, etcétera. Esto no significa que de manera inusual no se logre comer algo que se sale de estos componentes. Pero si conversamos rigurosamente de la relevancia de alimentarse bien, los alimentos elegidos deben ser saludables.
En otras palabras, para alimentarse bien lo que hay que cambiar es la concepción que disponemos de la nutrición. La meta no es poder un peso determinado o un canon de hermosura predeterminado, sino más bien estudiar a proveer a nuestro cuerpo todos los nutrientes que precisa a fin de que pueda marchar apropiadamente y mantener a raya la aparición de anomalías de la salud y dolencias serias.
Fuente: comer10.com